Con palabras cuidadosas, intentando no crear esperanzas pero manteniendo un moderado tono de optimismo, el director del Hospital Hadassa de Jerusalén, Shlomo Mor Yosef, informó ayer de que la última tomografía practicada al primer ministro israelí, Ariel Sharon, "muestra una ligera mejora" en el edema de su cerebro. Mor Yosef afirmó que el hemisferio izquierdo del cerebro permanece intacto, pero precisó que su estado continúa siendo "crítico". Pero, hasta que el paciente no sea despertado del coma inducido en el que es mantenido, no podrá precisarse el nivel de funcionamiento de su cerebro después de las tres operaciones a las que fue sometido en dos días. "No puedo afirmar que esté fuera de peligro", precisó el médico.

En un frío y desapacible shabat en el que en las sinagogas de Israel la población rezó por la salud de su primer ministro, el cauto optimismo de Mor Yosef no ocultó que la prioridad de los médicos continúa siendo salvar la vida de Sharon. "La presión intracraneal, el pulso y la presión sanguínea son normales", añadió el director del hospital, quien indicó que, una vez detenida la hemorragia, hoy se reunirá un equipo médico para discutir los siguientes pasos a dar.

El más crucial es decidir cuándo despertarán al paciente, que permanece en cuidados intensivos, sedado y con respiración asistida. No será hasta entonces cuando puedan precisarse las secuelas que los derrames han dejado en el primer ministro. Varios especialistas señalaban ayer que el hemisferio izquierdo del cerebro es el más importante, ya que allí se sitúa, por ejemplo, la capacidad para hablar.

Con Sharon luchando por su vida, el Gobierno israelí celebrará hoy su primera reunión ordinaria desde que el primer ministro fuera ingresado el miércoles por la noche. El primer punto del orden del día será la participación de los palestinos residentes en Jerusalén Este en las elecciones legislativas palestinas, convocadas para el próximo día 25. El ministro de Asuntos Exteriores, Silvam Shalom, reiteró ayer que Israel "no permitirá la votación en Jerusalén porque en esos comicios participará Hamás, que no reconoce la legitimidad del Estado de Israel y que aboga por su destrucción".

Las elecciones palestinas serán la primera prueba de fuego del Gobierno del primer ministro interino, Ehud Olmert. EEUU, presionado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), quiere que Israel permita una fórmula similar a la de las presidenciales del pasado año, en las que los árabes de Jerusalén votaron en oficinas postales en un simulacro de voto por correo.

Desde la cárcel, ayer se unió al debate el líder de Al Fatá Maruán Barguti, también partidario de suspender el voto si persiste el boicot israelí. Barguti afirmó que las elecciones deben celebrarse pese a la incertidumbre sobre la salud de Sharon.