Afectada por una neumonía, Orla Amina, de 11 meses, respira penosamente y ha sido ingresada de urgencia en el hospital de Banda Aceh. La niña forma parte del primer grupo de pacientes admitido en el establecimiento, que reabrió sus puertas el viernes pasado, dos semanas después del devastador maremoto que ha causado en la provincia 100.000 muertos.

Con muchos de los equipamientos médicos dañados por el tsunami, el hospital general Zainul Abidin comienza a funcionar de nuevo, pese a la ausencia de numerosos médicos y enfermeras. Muchos han muerto o han desaparecido, y los restantes están heridos o no están en condiciones de trabajar por el estrés de la tragedia.

Las olas gigantes penetraron en el edificio del hospital arrastrando escombros y porquería, volcando camas, mesas y aparatos. Pocos instrumentos y equipos pudieron salvarse. Ni siquiera quedaron analgésicos, vendas y jeringuillas.

El hospital ha perdido una treintena de médicos del centenar que tenía, y el 10% de las enfermeras ha desaparecido. Y la mayoría de los restantes no han vuelto al trabajo: "Probablemente están ocupados en buscar a los miembros desaparecidos de sus familias", explica el doctor Rus Munandar, director del hospital.

El centro funciona de nuevo gracias al personal de organizaciones humanitarias. "En el curso de la semana que viene espero que nuestros médicos vuelvan a trabajar", añade. El doctor Munandar quiere restaurar su establecimiento lo antes posible. Con 400 camas, es el más importante de la provincia de Aceh, y miles de personas se han quedado sin atención sanitaria después de la catástrofe.

Sumantri, un agricultor de 24 años, tiene una pierna rota porque fue arrastrado por la corriente, pero hasta el jueves no fue al hospital. Aquí, en el Zainul Abidin, le ha sido diagnosticado un tétanos potencialmente mortal. "Si hubiera sido atendido antes no habría cogido el tétanos", afirma Munandar. "El estado de muchos pacientes se ha deteriorado porque han tardado muchos días en recibir atención sanitaria", añade. Pero para Sumantri, como para muchos otros, "saber lo que le había ocurrido a la familia era más importante que la pierna rota". Los otros hospitales de Banda Aceh están en situación parecida.

El Ejército alemán acaba de instalar en el exterior del hospital Zainul Abidin tiendas de campaña que servirán como quirófanos y consultas temporalmente. El coronel Jürgen Canders, que espera practicar las primeras intervenciones en breve, explica que el estado de conmoción en el que está el personal indonesio del centro hace la situación más difícil.