Los sindicatos lusos afirmaron que la de hoy es "la mayor huelga general" de la historia de Portugal, por su elevado seguimiento, y constituye un claro rechazo de los trabajadores a las medidas de ajuste aprobadas por el Gobierno. En declaraciones a los periodistas, Joao Proença, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT, de tendencia socialista), resaltó el carácter histórico del paro y se mostró satisfecho por su impacto, especialmente significativo en el sector de los transportes y los servicios públicos. También el secretario general del otro gran sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, de orientación comunista), Manuel Carvalho da Silva, manifestó su satisfacción por el seguimiento popular de la huelga en otra intervención ante la prensa. "Ésta es una gran huelga general, sostenida en una fuerte identificación con los objetivos del paro tanto por parte de los trabajadores como del resto de la población", defendió. "Es la mayor huelga de la historia, mayor que la de 1988", resaltó por su parte Proença, al comparar esta protesta con el paro general de hace 22 años, el último convocado de forma conjunta por los dos sindicatos mayoritarios hasta el día de hoy. El líder de la UGT destacó, asimismo, que además de los transportes y sectores con fuerte tradición sindical, como la educación y la salud, también es alta la adhesión de otros servicios del Estado, entre los que citó el Tribunal de Cuentas, con un 80 por ciento de seguimiento Proença aseguró que la decisión de los trabajadores de secundar el paro se explica por su rechazo a las medidas anticrisis del Ejecutivo, entre ellas "los recortes salariales, la congelación de las pensiones y las rebajas sociales". Por su parte, Carvalho da Silva subrayó la necesidad de que el Gobierno socialista de Jose Sócrates y los demás partidos políticos interpreten este paro general como "una señal inequívoca" del rechazo a sus políticas. La adhesión al paro también fue saludada por el mayor partido de la izquierda marxista lusa, el Bloco de Esquerda (BE), cuarta fuerza del Parlamento con 16 diputados, cuyo líder, Francisco Louça, recalcó el "enorme éxito" de la convocatoria. En su opinión, el respaldo de la población a la huelga tendrá "consecuencias políticas" y refleja que ni Sócrates ni el líder de la oposición, Pedro Passos Coelho, presidente del Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha), "representan al país". En esta misma línea se manifestó también Jerónimo de Sousa, secretario general del Partido Comunista de Portugal (PCP), quinta fuerza del Parlamento con 13 diputados, que calificó la huelga de "declaración de guerra a la clase política". El dirigente del PCP señaló que el paro es una muestra del descontento de la población ante la situación del país, que es "peor" hoy que en 1988.