Los sindicatos franceses convocaron hoy una nueva jornada de huelga contra el retraso de la edad de jubilación para el próximo martes, en torno a la fecha de la probable votación en el Senado del proyecto del Gobierno francés. Será la séptima jornada de huelga contra el plan de retrasar de 60 a 62 años la edad mínima de jubilación y de 65 a 67 la edad para cobrar el total de la pensión. A ellas se suman varias jornadas de manifestación, como la que del próximo sábado, una forma de convocatoria en fin de semana para no penalizar a los trabajadores con la pérdida de un día de salario. La última convocatoria, que tuvo lugar el pasado martes, reunió a 3,5 millones de manifestantes en las calles de París, según los datos de los sindicatos, a 1,23 millones según el Gobierno. En cualquier caso se trata del mayor número de manifestantes de todas las convocatorias, que comenzaron en marzo pasado. El movimiento en contra del retraso de la jubilación se ha radicalizado en los últimos días, después de que algunos sindicatos convocaran paros indefinidos, que están siendo parcialmente seguidos en la compañía estatal de ferrocarriles y en las refinerías. Las principales organizaciones sindicales (CGT, CFDT, FO, Unsa, CFTC, Solidaires, FSU, CFE-CGC) se reunieron hoy en París para decidir el futuro del movimiento y pidieron a los senadores "que no adopten esta reforma injusta". El Senado tiene previsto aprobar durante la semana próxima, quizás el miércoles, 20 de octubre, una reforma que los diputados ya votaron el pasado 15 de septiembre. El movimiento sindical contra la reforma de las pensiones ha recibido en los últimos días el apoyo de miles de estudiantes, que participaron masivamente en la manifestación del pasado martes y que, desde entonces, han perturbado el desarrollo normal de las clases en centenares de institutos y algunas universidades. Las organizaciones estudiantiles, además, han llamado a participar en las futuras convocatorias de los sindicatos. En la empresa pública de ferrocarriles los paros afectaron a un 20,3% de sus trabajadores, según la dirección, una participación en descenso con respecto a ayer, miércoles, cuando fueron un 24% y con el pasado martes, cuando alcanzó el 40%. Diez de las doce refinerías del país están paradas, lo que amenaza con provocar problemas de abastecimiento de combustible, según los sindicatos, un extremo negado por el Gobierno, que asegura que tiene reservas para un mes si no cunde el pánico entre los automovilistas y no se multiplican las compras por precaución. Un sondeo publicado hoy asegura que el 54% de los franceses es favorable a una huelga indefinida como la que paralizó el país en 1995 e hizo que el gobierno del entonces primer ministro galo, Alain Juppé, renunciara a reformar las pensiones.