La prueba de fuerza entre el primer ministro francés, Dominique de Villepin, y los sindicatos interprofesionales y estudiantiles en torno al controvertido contrato de primer empleo (CPE) debe culminar hoy con una "huelga nacional" prácticamente general, que puede paralizar el país. En un clima de bloqueo político y bajo la amenaza de enfrentamientos entre jóvenes violentos y las fuerzas del orden, están previstas también numerosas manifestaciones por todo el país.

Responsables políticos y sindicales consideran la jornada de hoy crucial para el futuro del movimiento de protesta que sacude al país desde hace ocho semanas. Es la cuarta jornada de movilización nacional convocada conjuntamente por las centrales sindicales y las organizaciones juveniles, pero es la primera acompañada de una huelga interprofesional que debe afectar sobre todo al servicio público y a los transportes de más de 70 ciudades.

Los sindicatos esperan que la demostración de fuerza de hoy incitará a Villepin a revisar su negativa a retirar el texto, gracias a una movilización de los cinco millones de funcionarios y a una mayor participación del sector privado en las huelgas y en las manifestaciones.