Los soldados sirios están a un paso de volver a casa. El régimen de Damasco anunció ayer el repliegue y concentración de todos sus efectivos en la parte más oriental del valle de Bekaa, junto a la frontera con Siria, en lo que parece el preludio de la retirada definitiva del Líbano.

La salida de los militares sirios es una de las exigencias de la oposición libanesa y de la comunidad internacional, sobre todo de EEUU y la Unión Europea (UE). Los partidos de la oposición, unidos tras el asesinato del exprimer ministro Rafic Hariri, detonante de la actual crisis, presentarán el lunes una moción de censura contra el actual Gobierno prosirio dirigido por el cada vez más asediado Omar Karamé.

PUESTOS ESTRATEGICOS Las tropas sirias empezaron ayer mismo a desplazarse hacia Bakee, donde está ubicada su base de operaciones, según confirmó a la televisión qatarí Al Jazira el ministro de Defensa libanés, Abdel al Rahim Murad. Gran parte de las tropas estaban estacionadas en las montañas, en puestos estratégicos, desde donde podían controlar la costa.

LOS ACUERDOS DE TAIF El Ejército sirio entró en el Líbano en 1976, un año después de estallar la guerra, y lo hizo a petición del entonces presidente libanés, el cristiano Saliemán Frangie, con el propósito de que pusiera fin a las luchas intestinas que empezaban a desangrar el país. Una vez acabado el conflicto bélico, en 1989, y firmados los acuerdos de paz en la ciudad saudí de Taif, las tropas se fueron reduciendo, de las 40.000 iniciales a las 14.000 que hay actualmente.

Aunque las autoridades de Damasco sostienen que el repliegue de ayer responde a los acuerdos de Taif, lo cierto es que se ha llevado a cabo después de que Washington y París elevaran el tono de sus críticas y descalificaciones al régimen sirio, tutor de la política libanesa a lo largo de los últimos 15 años.

Siria dejó ayer claro que se trata de un repliegue y no de una retirada, ya que considera que una salida a destiempo de sus tropas podría arrastrar al abismo al Líbano, país que todavía atraviesa una situación política muy frágil. "Siria cree que antes de acelerar el ritmo de su retirada, hace falta que el Ejército y las fuerzas de seguridad libanesas estén en posición de llenar el vacío, sin perjudicar la seguridad del Líbano y de Siria", advirtió el viceministro de Exteriores sirio, Walid al Mualim.

En el mismo sentido se expresó el primer ministro libanés, Omar Karamé, quien en declaraciones a la agencia Reuters dijo que la retirada sólo se puede poner en marcha a través del consenso político.

Un consenso que, en las actuales circunstancias, es imposible. La oposición libanesa ya ha dejado claro que no está dispuesta a negociar nada ni con Karamé ni con el presidente Emile Lahud.

NEGLIGENCIA La oposición pide además que un equipo internacional independiente investigue el asesinato de Hariri. Al término de una reunión celebrada ayer, el diputado Walid Eido, del partido que dirigía Hariri, exigió la dimisión de los responsables de los servicios de seguridad por presunta negligencia. Los detractores del Gobierno tienen la esperanza de que las muestras de repulsa de los libaneses provoquen que los diputados progubernamentales voten a favor de la moción de censura el lunes.