Pese a las divisiones internas, el Partido Socialista francés (PS) endurece su oposición a la política "personalista" del presidente Nicolas Sarkozy. Los diputados socialistas no asistieron ayer al acto en el que el Parlamento felicitó el año al presidente y mañana tampoco irá a la recepción que Sarkozy ofrecerá a los parlamentarios en el Elíseo.

Esta invitación, inédita, consagra un cambio en las instituciones, según el primer secretario del PS, François Hollande. "El presidente de la República no tiene que convocar al Parlamento en el Elíseo", declaró. El PS ha anunciado también que boicoteará la sesión conjunta de la Asamblea Nacional y el Senado, el 4 de febrero, para reformar la Constitución antes de la ratificación del Tratado de la UE. Pero numerosos diputados han manifestado que no obedecerán e irán.