El SPD volvió a certificar ayer que la socialdemocracia alemana y europea está en declive. El partido liderado por Martin Shulz quedó en segundo lugar con un exiguo 20% de votos, en lo que supone el peor revés electoral en su historia reciente.

La cúpula del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) anunció tras conocerse los primeros sondeos a pie de urna que ha decidido por unanimidad no volver a gobernar en coalición con la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel y pasar a la oposición. El propio Shulz dio a concoer decisión y será él mismo quien liderará al SPD en el Parlamento.

«Nuestra próxima tarea es cerrar filas y trabajar hombro con hombro sin condiciones ni peros y tomarnos nuestro tiempo», afirmó. «El SPD no cumplió con su meta electoral (...). Está claro que no conseguimos mantener ni aumentar nuestra base electoral tradicional», reconoció.

«Este es otro momento amargo en nuestra historia, pero la socialdemocracia ha sobrevivido y ha conseguido mostrar su fuerza incluso cuando se enfrentaba con un partido de extrema derecha que muestra su peor cara», apostilló.

Cuando hace medio año fue elegido como candidato con una cifra récord del 100% de los votos, Schulz parecía abocada a una era de cambio. Por primera vez en más de una década el SPD había adelantado a la CDU de la todopoderosa Merkel en las encuestas. Su perfil era ideal. Carismático, buen orador, europeísta acérrimo y portavoz del cambio y la justicia social, la prensa alemana lo había incluso comparado con Barack Obama. Su camino se empezó a torcer en mayo al perder tres elecciones regionales. La crisis diplomática con Turquía, la llegada de refugiados y el auge de la ultraderecha hicieron además que se desviara del debate social que le había dado alas.