El Partido Socialista francés (PS) logró su objetivo al término del 74 congreso en Le Mans: mostrarse unido tras un año de luchas intestinas y enfrentamientos a raíz del referendo sobre la Constitución europea. Tras horas de discusión la noche del sábado, se hizo el consenso en torno a una moción unitaria que marca un giro a la izquierda, pero deja en suspense el proyecto político, así como la designación de candidato para las presidenciales del 2007. Hollande dijo que lo único que "debe movilizar hoy a todos es el combate contra la derecha" y poder presentar a los franceses un "proyecto audaz y creíble".

"Se acabó el tiempo del enfrentamiento entre los socialistas", que ahora están "unidos para servir a Francia", proclamó el líder de la primera formación de la oposición del país, Fran§ois Hollande, al clausurar el congreso. En un discurso de más de una hora, Hollande --que debe ser reelegido en los próximos días primer secretario por cuarta vez-- dijo que esta unión debe "borrar las amarguras, las heridas, las palabras inútiles" entre defensores y adversarios de la Constitución europea.

DESMARQUE DE MONTEBOURG Hollande aseguró que el acuerdo sobre la "síntesis" es "una buena noticia para el PS, para la izquierda y para Francia", y negó que sea "un compromiso hábil que no durará más de ocho días". Según él, es "una dinámica, una fuerza" que permitirá ahora "cambiar la situación".

Para alcanzar el acuerdo sobre el texto --el primero en un congreso en 20 años--, Hollande y su mayoría aceptaron algunas exigencias de las corrientes minoritarias encabezadas por el exprimer ministro Laurent Fabius, y Vincent Peillon, del Nuevo Partido Socialista (NPS). La más importante es la de dar un giro a la izquierda al partido, con medidas como la instauración de un salario mínimo de 1.500 euros al mes (casi 250.000 pesetas) y la generalización de las 35 horas.

Uno de los cofundadores del NPS, Arnaud Montebourg, que rehusó participar en el voto de la síntesis porque no recoge su exigencia de reforma institucional (la VI República), auguró que el acuerdo tiene "poca credibilidad" y "no durará".

Hollande aparece como el vencedor del congreso mientras Fabius ha sabido parar el golpe y, aunque no se reintegrará en la dirección, sigue en la carrera presidencial, con media docena de aspirantes. Entre ellos, el exministro de Economía Dominique Strauss-Khan, favorito gracias a la alianza con Hollande para el reparto de papeles.

CONFIANZA Y ESPERANZA Antes de arremeter contra la derecha --en el poder desde el 2002--, llamó a cerrar filas y ponerse en marcha para devolver a los franceses la "confianza" en los socialistas y "la esperanza de la alternancia" para responder a los problemas del país.