Los socialistas franceses intentaron disimular ayer las divisiones internas que los enfrentan a la hora de elegir candidato para las elecciones presidenciales del 2007, en un mitin unitario celebrado en Lens (al norte del país) en el que los siete aspirantes potenciales a la investidura expresaron la voluntad de, a su modo, "derrotar a la derecha". La favorita de los sondeos, Ségol¨ne Royal, abrió los debates antes de viajar a Madrid y no escuchó a sus posibles rivales.

La presidenta de la región Poitou-Charentes, criticada por evitar sistemáticamente los debates, hizo un llamamiento para poner fin a las peleas internas. Lo que no le impidió criticar a su rival más directo, el exprimer ministro Lionel Jospin, recordando su derrota en el 2002 frente a la extrema derecha.

A dos semanas de la presentación de las candidaturas para la investidura socialista, todos los postulantes se prestaron al juego y se presentaron al llamado gran oral , es decir el examen oral ante los militantes de una de las federaciones más importantes del país, la del norte de Francia.