Las tropas británicas hirieron ayer a cuatro personas, entre ellas un niño, con las balas de goma con las que dispersaron a una multitud que protestaba contra el aumento del precio y la falta de carburante y de corriente eléctrica en Basora, segunda ciudad del país y capital de la región shií del sur de Irak, que no había sido escenario hasta ahora de actos hostiles contra los ocupantes.

La intervención de varios líderes religiosos chiís no calmó los ánimos de los habitantes de Basora, que bloquearon con barricadas la mayoría de las calles.

DISPAROS DE AVISO

Los soldados británicos respondieron a la lluvia de piedras de los manifestantes con disparos de aviso y luego con balas de goma. "He visto a cuatro iraquís, uno de ellos un niño de unos 10 años, que yacían en la calzada", declaró a France Presse Husein Lafta, un obrero de 20 años.

El Ejército británico confirmó que los manifestantes protestaban contra "la falta de carburante y de electricidad". Las gasolineras están vacías y el precio del bidón de 20 litros de fuel doméstico es de 8 dólares, una cantidad desorbitada para la mayoría de habitantes de la zona. Los manifestantes, alrededor de 2.500, se dirigieron a la sede de la autoridad provisional de la coalición. A pesar de que muchas calles de la ciudad permanecían anoche bajo un intenso humo por la quema de neumáticos y de algunos vehículos con matrícula de Kuwait, las fuerzas británicas se retiraron.