No había reglas ni casi entrenamiento, pero los soldados de EEUU que trabajaban en la prisión bagdadí de Abú Graib tenían clara las órdenes que habían recibido. "El trabajo de la policía militar era mantener a los presos despiertos y hacer de su vida un infierno para que hablaran". Lo ha explicado con escalofriante detalle la soldado Sabrina Harman, de 26 años. Y no hay lugar a dudas: ella es una de las tres mujeres en el grupo de siete reservistas acusados, de momento, de los malos tratos a iraquís, torturas que han ido aún más lejos de lo que se ha visto hasta ahora y que el presidente de Estados Unidos, George Bush, calificó ayer de "desgraciados incidentes".

Según Harman, que concedió una entrevista por e-mail a The Washington Post , su unidad recibía instrucciones de oficiales de espionaje del Ejército, de la CIA y también de los empleados de seguridad privada que conducían interrogatorios, violando las reglas militares. "Traían a uno o varios ya encapuchados y esposados", explica. "La persona que los traía marcaba los criterios de si había que ser ´agradable´ o no. Ella nunca recibió información sobre las Convenciones de Ginebra.

RECLUSOS AMONTONADOS Según un pliego de cargos obtenido por el Post , la soldado está acusada de haber colocado a un preso encapuchado encima de una caja, con cables eléctricos atados a las manos, y amenazarlo con electrocutarse si caía. Este fue una de las primeras fotos de torturas que dio la vuelta al mundo. Harman está acusada de haber tomado las fotos de los presos amontonados en una pirámide, en algunas de las cuales aparece ella. También se enfrenta a cargos de conspiración, crueldad y asalto. Y está acusada de haber fotografiado y grabado en vídeo a iraquís obligados a desnudarse y masturbarse frente a otros prisioneros y soldados.

Aunque esas imágenes aún no se han hecho públicas su existencia ya es reconocida. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en su comparecencia ante el Congreso anunció que hay más fotos y vídeos de naturaleza "sádica, cruel e inhumana". Y el republicano Lindsay Graham, uno de los senadores que le interrogó, avanzó la gravedad de esas imágenes. "No hablamos de dar a la gente una experiencia humillante --dijo Graham--. Hablamos de violación, asesinato y cargos muy serios". El virrey de EEUU en Irak, Paul Bremer, dijo que "se debería haber hecho algo antes".

DISCURSO RADIADO DE BUSH El escándalo está llamado a agravarse. Y Bush se ve constantemente forzado a intentar paliar sus efectos. Ayer, en su discurso radiado semanal el presidente habló de los malos tratos de "unos cuantos" como "desgraciados incidentes" que han manchado "el honor y la reputación" de EEUU. Bush también destacó que la misión en Irak continuará. "No dejaremos a esa nación a la merced de matones y asesinos", dijo. Por ahora, sin embargo, los únicos que están acusados de abusos son el grupo de reservistas, que desde ayer incluye a Lynndie England, la soldado que aparecía sonriente en las fotos con los torturados.

Por otra parte, un antiguo oficial británico, citado ayer por el diario The Guardian , afirmó que las técnicas usadas por las fuerzas especiales (SAS) se corresponden con los tratos degradantes a los que han sido sometidos los presos iraquís. Las técnicas de "resistencia a los interrogatorios" (R2I) prevén mantener desnudos a los reos, privarlos de comida, no dejarlos dormir y hacerles perder la noción del tiempo. Ante las declaraciones de este oficial, el Ministerio de Defensa aseguró que se aplican las Convenciones de Ginebra.