Los nuevos planes de George Bush para Irak comenzaron a concretarse ayer con la llegada a Bagdad del primer contingente de militares adicionales enviados por EEUU para formar parte en el nuevo plan de seguridad de la capital iraquí. "Los primeros elementos del grupo ya están aquí", señaló el general George Casey, comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak que, sin embargo, afirmó que el plan de seguridad para la capital iraquí "no tiene garantías de éxito". Aunque no dio detalles del número de refuerzos, Casey señaló que las informaciones que apuntaban a que habían llegado 4.000 de los 17.5000 soldados previstos "eran exageradas".

Mientras, Bush está decidido a no dar su brazo a torcer en Irak y aumentará las tropas pese al mayoritario deseo de retirada de los ciudadanos y de la oposición demócrata. "He tomado mi decisión y vamos adelante. No voy a cambiar mis principios para intentar ser popular", afirmó Bush a la cadena CBS, informa Mercedes Hervás. El presidente rechazó tener que disculparse ante los iraquís por el caos en que ha sumido a su país. "Hemos liberado a ese país de un tirano y creo que tienen con los estadounidenses una gran deuda", opinó. Bush explicó que no sintió satisfacción por el ahorcamiento de Sadam.