A seis días de la primera vuelta de las elecciones regionales francesas, el partido del presidente, Nicolas Sarkozy, va directo al precipicio. Según las últimas encuestas, los conservadores no solo se estrellarán contra el poder territorial de los socialistas --que gobiernan en 20 de las 22 regiones del país-- sino que la popularidad del presidente se despeña cuatro puntos más y baja al 36% de apoyos, la nota más baja desde su llegada al Elíseo, en mayo del 2007.

Aunque Sarkozy no concurre a las urnas los próximos 14 y 21 de marzo, es su último examen electoral antes de las presidenciales del 2012. Oficialmente, el jefe del Estado no ha dicho que se vaya a presentar, pero en Francia nadie lo duda. Como las regionales son desde hace años la gran asignatura pendiente de la derecha, el presidente ha cedido la mayor parte del protagonismo a los candidatos, primeros interesados en no mencionar a su líder. Desde septiembre, cuando su popularidad estaba en el 47%, Sarkozy ha perdido 11 puntos.