Los problemas políticos entorpecieron la labor del secretario general de la ONU, Kofi Annan, de visita por las zonas del Sureste Asiático devastadas por el maremoto del pasado 26 de diciembre. El Gobierno de Sri Lanka no concedió ayer la autorización al máximo dirigente de la ONU para que visitara las regiones afectadas por la catástrofe bajo control de la guerrilla tamil, situadas al norte de la isla. Las autoridades de Colombo justificaron su decisión aludiendo a la "imposibilidad" de garantizar la seguridad del líder de la ONU.

"MISION HUMANITARIA" El movimiento guerrillero Tigres de Liberación de Eelam Tamil (LTTE), que, desde hace dos décadas se enfrenta al Gobierno de Sri Lanka, había cursado una invitación a Annan para que se desplazara a los territorios bajo su control. "Estoy aquí en misión humanitaria; querría visitar todas las áreas, pero, como ustedes saben, estoy aquí como huésped del Gobierno, y son ellos quienes establecen el itinerario", respondió en tono conciliador.

Funcionarios de la ONU habían revelado a Reuters que intentaron convencer a las autoridades locales hasta el último momento, aunque sin éxito. "Es sólo una visita humanitaria, no política; el secretario general hubiese querido ir, pero finalmente no ha podido ser", declararon fuentes de la ONU. "Annan no ha ido a Irlanda y se ha reunido con el IRA, ni tampoco ha viajado a España y se ha encontrado con militantes de ETA", se limitaron a comentar fuentes gubernamentales. La polémica salpicó incluso a la jerarquía eclesiástica católica. Varios obispos de las zonas controladas por la guerrilla solicitaron la presencia del secretario general de la ONU.

En un principio, la catástrofe causada por el maremoto acercó a los enemigos, después de tres años de frágil tregua. Sin embargo, con posterioridad, los rebeldes acusaron al Gobierno de desviar de forma deliberada ayuda destinada originariamente a zonas bajo su control.

A día de ayer, el número de muertos por el tsunami contabilizados superaba los 150.000. El país que ha pagado un precio más elevado ha sido Indonesia, con 104.055 muertos. El Banco Mundial aseguró ayer disponer de una línea de crédito de 1.500 millones de dólares (1.135 millones de euros) para ayudar a las zonas devastadas.