China mostró ayer su "fuerte descontento y firme oposición" al nombramiento como ciudadanos honoríficos de París del dalái lama y el disidente político Hu Jia, condenado a tres años y medio de cárcel. "Es una grosera injerencia en los asuntos internos y atenta gravemente contra las relaciones franco-chinas", dijo la portavoz de Exteriores, Jiang Yu.

El nombramiento del ayuntamiento parisino, en manos del socialista Bertrand Delanoë, se decidió a pesar de la oposición de los ediles del partido del presidente Nicolas Sarkozy, esforzado en los últimos días en enfriar la tensión entre ambos países, muy deteriorada desde el caótico paso de la antorcha por las calles de París. Pekín recuerda que de los balcones del ayuntamiento colgaron pancartas antichinas y denuncia la ineficacia policial durante el acoso a la antorcha, muy evidente en las agresiones de protibetanos a una atleta china en silla de ruedas.

Esa atleta, convertida en heroína nacional, recibió recientemente una carta de disculpa de Sarkozy invitándola a visitar Francia. Además, el presidente francés ha enviado a dos altos cargos para calmar a Pekín; el presidente del Senado, Christian Poncelet, y el exprimer ministro Jean-Pierre Raffarin.

LLAMADA A LA CALMA Miles de chinos se han manifestado estos días en todo el país ante centros de la cadena francesa Carrefour, a la que acusan de subvencionar al dalái lama a través de su principal accionista. Pekín llamó ayer a la calma: "Se puede expresar el patriotismo de forma legal y razonable, pero condenamos ciertos actos individuales radicales que se han producido estos días", dijo Jiang Yu, la portavoz de Asuntos Exteriores.

EN YAKARTA La antorcha desfiló ayer en un estadio de Yakarta, fuertemente vigilado por la policía. Unos 80 atletas, cargos políticos y estrellas del cine y la televisión participaron en los relevos en la capital indonesia, informa Reuters.

En Japón, los defensores de la causa tibetana dijeron ayer que el ministro de Asuntos Exteriores ha prometido autorizar las protestas contra el Gobierno de China en Nagano, donde la llama olímpica desfilará el próximo sábado, pero solo si se trata de grupos reducidos. En Australia, el titular de Exteriores saludó la protesta de Lin Hatfield-Dodds, conocida activista de los derechos humanos, que ha decidido no participar en los relevos por las calles de Sídney.