La policía sueca investiga las posibles conexiones del terrorista suicida que el sábado se inmoló en Estocolmo tras dos explosiones que proyectaban una masacre en represalia por la presencia militar de Suecia en Afganistán. Los servicios de inteligencia creen que el islamista, Taimour Abdulwahab, de 29 años, contó con apoyos para organizar una operación "muy bien planificada", aunque admitieron no tener pruebas concretas que lo vincularan con grupos terroristas internacionales.

El suicida, de origen iraquí y nacionalizado sueco en 1992, planeaba una masacre en la estación central de Estocolmo o en el centro comercial Aahléns, cerca de donde se produjeron las explosiones, en una zona atestada de transeúntes. Así lo sospecha la policía, que reveló que Abdulwahab, junto a la mochila con bombas que estalló antes de hora, llevaba puesto un cinturón de explosivos.

"Parece que el autor del delito estaba solo en el momento del acto, pero la experiencia nos dice que en situaciones así suele haber más personas involucradas. Suponemos que ha contado con algunos colaboradores", afirmó Tomas Lindstrand, fiscal jefe de la investigación.

Las indagaciones saltaron ayer al Reino Unido. La policía britá- nica registró el piso de Luton, al norte de Londres, donde Abdulwahab vivía con su mujer, Mona Thwany, y sus tres hijos pequeños. La vivienda, de la que desapareció hace tres semanas, se halla en la misma localidad donde el terrorista llegó en el 2001, desde Suecia, para estudiar terapia deportiva en la universidad, informa Begoña Arce.

En Inglaterra se graduó tres años más tarde y fue allí donde comenzó a interesarse por la religión. Su mujer, propietaria de un instituto de belleza, negó conocer los planes de su esposo. Sin embargo, sus posiciones extremistas eran conocidas. Las autoridades de la mezquita local habían denunciado en el 2007 sus violentas arengas, prometiendo que "niños, hijas, hermanos y hermanas" morirían en la lucha contra la "opresión" de los musulmanes.

PREDICAS EN LA MEZQUITA Farasat Latif, secretario del Islamic Centre de Luton, reveló ayer cómo Abdulwahab fue advertido de que sus prédicas no representaban al Islam y no serían consentidas. "Un día, en los rezos de la mañana en el Ramadán, con un centenar de personas presentes, el presidente de la mezquita se levantó y expuso su caso, advirtiendo contra el terrorismo, los atentados suicidas y ese tipo de cosas", dijo Latif. "El supo que el mensaje iba dirigido contra él. Salió precipitadamente y no se le volvió a ver".

La inquietud se ha apoderado de Suecia tras el atentado, que se produjo en la zona más céntrica de la capital. Primero estalló un Audi blanco, propiedad del suicida, cargado de gasolina, hiriendo a dos personas. Poco después, a unos 200 metros, se produjo la segunda explosión, donde murió el terrorista. Minutos antes, este había enviado desde su móvil un e-mail con un archivo de sonido amenazando a Suecia por su presencia militar en Afganistán y por las caricaturas del profeta Mahoma realizadas por el dibujante Lars Vilks.