Una mujer suicida hizo explotar ayer la bomba que llevaba asida en medio de una muchedumbre de peregrinos iraquís que se dirigían hacia la ciudad santa chií de Kerbala, --donde está enterrado el imán Husein, nieto del profeta Mahoma--, matando a 32 personas e hiriendo a otras 84. El atentado se produjo en la localidad de Iskandariya, a medio camino entre Bagdad y Kerbala, en pleno arbain , una de las conmemoraciones religiosas más importantes del calendario chií. La mayoría de las víctimas fueron mujeres y niños. El atentado se produjo después de que otro ataque con explosivos causara ocho fallecidos en Kerbala, donde estos días se concentran miles de iraquís.