Es el atentado más sangriento en Pakistán en los últimos siete meses. Un total de 49 personas, entre ellas mujeres y niños, murieron y un centenar resultaron heridas ayer en un ataque suicida en una zona comercial de Peshawar, capital de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP). El kamikaze llevaba la carga explosiva en un coche que hizo estallar en la zona comercial del bazar Khyber, una de las de mayor afluencia.

La carga estaba compuesta por unos 100 kilos de explosivos, mezclada con munición para aumentar los efectos de de la deflagración. El número de personas fallecidas es muy elevado porque un minibús resultó afectado por la explosión, aunque no se puede determinar si el coche bomba impactó directamente sobre el mismo o bien padeció los efectos de la onda expansiva.

El presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari --que se apresuró a condenar el atentado-- aseguró que el Gobierno está comprometido con la erradicación del terrorismo. De hecho, el Ejército paquistaní lleva meses de ofensiva en varias áreas del noroeste de Pakistán, entre ellas el conflictivo valle de Swat.