La presión internacional sobre la Casa Blanca para el cierre de la cárcel de Estados Unidos en su base de Guantánamo (Cuba) se reforzó ayer, después del suicidio de tres de sus 460 presos. "Yo aprovecharía esta ocasión para tomar la delantera y proponer un cierre negociado" de la prisión, declaró en Washington Manfred Nowak, relator especial sobre tortura de la ONU, una de las numerosas voces que denunciaron la desesperación que sufren los presos, que llevan hasta cuatro años entre rejas, sin ser acusados de nada y sin acceso a los tribunales.

Los suicidios "son el trágico resultado de años de detención arbitraria e indefinida", comentó Amnistía Internacional (AI), y el letrado Josh Colangelo-Bryan refrendó esta opinión. "Uno de mis clientes me dijo que preferiría morir que seguir allí para siempre sin derechos", declaró, tras explicar que el pasado mes de octubre, él mismo llamó a los guardias cuando vio que uno de los presos, cliente suyo, intentaba ahorcarse.

UN CENTENAR DE INTENTOS Otro abogado australiano señaló que en los últimos años se han producido más de 100 intentos de suicidio de los presos recluidos en esa misma base.

Los reclusos "están desesperados ante la perspectiva de no obtener nunca justicia, y estos murieron sin haber visto un tribunal", añadió Barbara Olshansky, del Centro de Derechos Constitucionales. Una lectura muy diferente hizo una alta funcionaria del Departamento de Estado, Colleen Graffy, quien en declaraciones a la cadena británica de televisión BBC calificó los suicidios de los presos de "buena operación de relaciones públicas para llamar la atención".

Dos de los suicidas eran saudís y uno, yemení. Se ahorcaron el sábado con trozos de sábanas y de sus ropas en celdas separadas en Campo Uno, una zona de máxima seguridad, y dejaron notas escritas, cuyo contenido no fue divulgado. Los tres participaron en huelgas de hambre y fueron alimentados a la fuerza.

IDENTIFICACION El Ministerio de Interior saudí dio a conocer la identidad de sus dos ciudadanos: Manei al Otaibi y Yaser al Zahrani. Este último tenía 21 años."Yo hago responsables de sus muertes a las autoridades estadounidenses", dijo en Riad (Arabia Saudi) el letrado Katib al Shimary, que representa a los saudís internados en la base. El abogado también puso en duda la tesis del suicidio al añadir: "Los suicidios, si es que lo son, constituyen una respuesta a la injusticia en que vivían".

Ante la creciente ola críticas a las continuas violaciones de los derechos humanos en la prisión de Guantánamo y las múltiples peticiones para su cierre definitivo, el presidente de EEUU, George Bush, tuvo que decir el viernes que también a él le gustaría clausurar el centro penitenciario. "Nos gustaría cerrar Guantánamo, querríamos vaciarla", reiteró el presidente el pasado viernes y explicó que EEUU está trabajando con varios países para repatriar a gente".

Los suicidios del sábado en Guantánamo provocaron una gran conmoción en Washington. El Servicio Naval de Investigación Criminal anunció una investigación, mientras la Casa Blanca desencadenó una inmediata movilización diplomática, para intentar paliar el impacto por las muertes de los reclusos.

Funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional, del Departamento de Estado y enlaces con el Congreso contactaron con la ONU, la Unión Europea (UE), la mayoría de países europeos, las embajadas en Oriente Próximo y el Comité Internacional de la Cruz Roja.