La reanudación del suministro de gas ruso hacia la Unión Europea (UE) sufrió ayer un nuevo retraso, a pesar de que Ucrania firmó en la madrugada el protocolo de supervisión internacional del tránsito del carburante y de que los inspectores internacionales se encontraban desplegados prácticamente en las distintas instalaciones de bombeo clave en Rusia y en Ucrania.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, paralizó la reanudación del suministro porque en el texto del protocolo firmado por Ucrania se había añadido una anotación a mano y se acompañaba de una declaración que contradice los planteamientos rusos sobre el conflicto y, en su opinión, invalida el acuerdo.

El inesperado retraso en la reanudación del envío de gas hacia los países europeos causó profunda irritación en la presidencia checa de la UE y la Comisión Europea. "Todas las condiciones exigidas por las dos partes se han cumplido y no hay razón para retrasar el restablecimiento del suministro", señaló el Ejecutivo comunitario.

La Comisión reconoció que la declaración ucraniana contiene una interpretación de lo pactado y la visión de Kiev del contencioso, pero el Ejecutivo comunitario subrayó que "nada de la declaración ucraniana supone un añadido o una sustracción" a los términos del protocolo firmado. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, propuso anoche nuevas negociaciones directas con la UE, hoy en Bruselas, para resolver el problema.

SITUACION PENOSA La situación en los países de la Europa Oriental y los Balcanes continuó ayer deteriorándose por la falta de suministro. El Gobierno eslovaco decidió iniciar el proceso de reactivación del reactor nuclear de Jaslovske Bohunice, clausurado en diciembre por inseguro, para paliar sus carencias energéticas. Eslovaquia se comprometió en el Tratado de Adhesión a la UE a cerrar ese reactor soviético del tipo Chernobil en el 2008.