"Deseo dejar claro que el Gobierno ha tomado la firme decisión de liberar al señor Mandela de forma incondicional". Ayer hacía 20 años exactos de que Frederick Willem De Klerk, presidente de la Suráfrica del apartheid , inauguraba el curso parlamentario con esta frase. Anunciaba, además, la legalización del Congreso Nacional Africano (CNA) y el resto de organizaciones prohibidas y el inicio de negociaciones con ellas.

La fecha ha sido recordada por todo lo alto en Suráfrica, con declaraciones de alto nivel y actos oficiales. Y no es de extrañar, pues significó el principio del fin de uno de los regímenes más opresivos del siglo XX, en el que el racismo estaba institucionalizado, y el inicio del camino de Suráfrica hacia la democracia. De Klerk compartió en 1993 el Premio Nobel de la Paz con Mandela.