SURAFRICA. La primera visita a Suráfrica del presidente de EEUU, George Bush, quedó deslucida por las nutridas manifestaciones callejeras en contra de la política exterior estadounidense, por la simbólica ausencia de Nelson Mandela, el líder antiapartheid, y por la falta de entusiasmo de la población. Un heterogéneo universo de pacifistas, comunistas, musulmanes y anarquistas gritaron: "Lárgate", "Detengamos a Bush" y "Africa no está en venta".