Los surafricanos acudieron ayer en masa a las urnas, en las cuartas elecciones libres en el país que, según todos los sondeos previos, van a dar la cuarta victoria consecutiva al Congreso Nacional Africano (CNA) y situar en la presidencia a Jacob Zuma. A falta de resultados y de encuestas a pie de urna, el CNA daba por segura una nueva mayoría absoluta, aunque no revalide los dos tercios de los escaños que alcanzó en los pasados comicios. En algunos distritos se acabaron las papeletas y un partido opositor pidió alargar hasta hoy las votaciones.

En Orlando Oeste, el foco de la revuelta estudiantil de Soweto de 1976, se generó una larga cola para votar. Pero pese a la alta participación, una directora de la escuela del barrio aseguró que no era comparable a las que se formaron en 1994. "Entonces rodeaban manzanas y cruzaban avenidas", afirmó.

ABSTENCION JUVENIL Un profesor de historia advirtió de la ausencia de jóvenes en las urnas, en un país donde la media de edad es de 25 años. Según Prince Mashele, presidente del Centro de Estudios Políticos, el "incumplimiento de las promesas de mejorar el nivel de vida hechas durante la lucha contra el apartheid han alejado a las nuevas generaciones de la política".

Paradójicamente asegura que esta actitud beneficia al CNA: "Nuevas propuestas como el COPE la formación de los seguidores del presidente Thabo Mbeki no tendrán nada que hacer hasta que una nueva generación entre en la vida política". Eunice, secretaria de profesión, reconoce que no ha votado. "¿A quién?", se pregunta. "El CNA no ha hecho nada en 15 años, y el COPE son los mismos", concluye la mujer. Votar a la Alianza Democrática, partido de la minoría blanca y hasta ahora el principal opositor, ni siquiera se le pasa por la cabeza. La separación de razas continúa muy presente en el país africano.