Aunque falta todavía el nombramiento formal por parte de la Asamblea General, el ministro de Exteriores de Corea del Sur, Ban Ki--moon, fue confirmado ayer como próximo secretario general de las Naciones Unidas por los 15 integrantes del Consejo de Seguridad, que lo eligieron por aclamación. El nombramiento coincidió con la prueba nuclear de Corea del Norte y definió de entrada los retos a los que se enfrentará Ki--moon, quien declaró que no tolerará armas nucleares en la península coreana. "Me siento apenado cuando en realidad debería sentir honor y alegría", dijo el surcoreano para referirse a los dos extremos de esta jornada.

"Tenemos un candidato muy bueno y ha sido una decisión colectiva del Consejo recomendar a Ki--moon a la Asamblea General", anunció Kenzo Oshima, embajador de Japón ante la ONU y presidente del órgano ejecutivo de la organización. Ban sucederá a Kofi Annan cuando este, después de 10 años de ejercicio, deje el cargo el 31 de diciembre.

ASCENSION ASIATICA Para entonces, el diplomático surcoreano habrá sido formalmente elegido como jefe del foro mundial más importante del planeta por los 192 miembros de la Asamblea General. Su elección simboliza la ascensión de Asia en el plano de la geopolítica internacional, pues desde hace más de tres décadas un asiático no ocupaba la secretaría de la ONU. El último fue el birmano U Thant (1961-1971). En los mentideros diplomáticos de las Naciones Unidas se comentaba que la prueba nuclear norcoreana había sido planificada para hacerla coincidir con la elección del nuevo secretario general, con el fin de llamar aún más la atención mundial.

"Corea del Norte ha llevado a cabo una prueba nuclear a pesar de las advertencias de la comunidad internacional", dijo Ki--moon, que calificó el ensayo de "acto provocador".

La elección de Ki--moon, que se impuso a seis candidatos, fue bien recibida en los pasillos de la organización internacional, pero nadie se alegró más que la Casa Blanca. La Administración del presidente George Bush quería contar con un secretario general menos activista y con un perfil menos destacado que el de Kofi Annan, un diplomático que se atrevió a oponerse a EEUU y la guerra de Irak y cuyos continuos viajes a todos los focos de tensión no solo le hicieron merecedor del Nobel de la Paz, sino que le convirtieron en una figura de peso en la política mundial.

La ONU emplea a 9.000 funcionarios y administra un presupuesto de 3.970 millones de euros. Tiene en marcha 18 operaciones de mantenimiento de la paz en las que participan 90.000 soldados.