La imagen de los kratong flotando a media mañana en el mar de Khao Lak resume lo que fue la jornada de conmemoración del tsunami en el Sureste Asiático. Las diminutas balsas de hoja de plátano con flores y palillos de incienso en el interior, signo de reverencia hacia el agua, simbolizaron un día de recogimiento en el que miles de personas en Indonesia, Tailandia, Sri Lanka y los otros 10 países barridos hace un año por las olas gigantes recordaron con emoción a los más de 230.000 muertos. Khao Lak y otras playas tailandesas volvieron a recibir a turistas que el 26 de diciembre estaban allí, y que regresaban para olvidar.

"Tengo que hacerlo para dejarlo atrás", explicaba el sueco Pigge Wekerlin, que perdió a sus dos hijos y a su mujer hace un año. Tailandia, el país donde la mitad de los que fallecieron ese día eran turistas occidentales, acogió varias ceremonias oficiales y numerosas espontáneas para recordar la tragedia. En el parque nacional de Lam-Ru, en Khao Lak, el primer ministro tailandés, Thaksin Shinawatra, colocó la primera piedra de un memorial dedicado a las víctimas. "Poco importa nuestro país o nuestra nacionalidad, consideremos este proyecto como algo que nos pertenece a todos", dijo.

LA MEZQUITA SIMBOLICA De los 230.000 muertos, casi 132.000 fallecieron en Indonesia. Convertida en símbolo de fortaleza, la mezquita de Banda Aceh --que resistió la embestida de la naturaleza mientras todas las edificaciones a su alrededor se desplomaban-- fue el epicentro del duelo. Allí se congregaron cientos de habitantes de la provincia para rezar, y hasta allí viajó el presidente, Susilo Bambang Yudoyono, que celebró "la fuerza y el coraje" de los supervivientes.

"Nos recordáis que la vida es bella y que vale la pena luchar por ella", dijo el mandatario frente a un público en el que había delegados de una decena de países extranjeros. Allí estaba el secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien recordó que esos supervivientes aún precisan del respaldo internacional. "De alguna manera, los días más difíciles todavía están por venir", dijo. "Cientos de miles de familias necesitan instalarse en un hogar permanente y los pueblos deben ser reconstruidos".

MINUTOS DE SILENCIO A las 8.16, hora local, cuando la primera ola arremetió contra las costas indonesias, todo Banda Aceh guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas. El mismo homenaje se repitió en casi todos los países afectados, incluido Sri Lanka, cuyas costas conocieron los primeros estragos del tsunami a las 9.30, hora local. Como hicieron los indonesios con el templo de Banda Aceh, los srilankeses han erigido en símbolo de la tragedia el tren que las olas devoraron hace un año cerca de Peraliya, con 1.000 personas a bordo. Allí se realizaron las ceremonias oficiales.

"¿Hemos sido capaces de impartir la máxima justicia a las víctimas de la tragedia?", preguntó en su discurso el presidente Mahinda Rajapakse, poniendo el dedo en la llaga del descontento popular. El mandatario reconoció que no se ha trabajado como es debido y prometió un "nuevo dinamismo" para dar ayuda a la población. Más de 31.000 personas murieron en Sri Lanka el día de la tragedia.

RECUERDO EN EUROPA Los países europeos también recordaron a las víctimas. En Suecia, el país más afectado (543 muertos), tuvieron lugar tres ceremonias en las que participaron familias de las víctimas. Noruega, Finlandia, Dinamarca y República Checa hicieron otro tanto.