El funcionario británico que dejó en un tren unos documentos secretos sobre Irak y la red terrorista Al Qaeda ha sido suspendido de sus funciones, informó hoy el Gobierno. El funcionario, cuya identidad no ha sido facilitada, ha sido interrogado como parte de una pesquisa interna después de que los documentos fuesen hallados el pasado martes en un tren de cercanías que cubría en trayecto entre Londres y el condado de Surrey (sur de Inglaterra). Al parecer, la decisión de suspenderle fue tomada a última hora de ayer después de que el primer ministro británico, Gordon Brown, se enterase del incidente, según los medios británicos.

El funcionario trabaja para la unidad de seguridad e inteligencia del Gobierno y su labor consiste en elaborar análisis sobre determinadas situaciones de seguridad al tiempo que estaba autorizado a sacar documentos de su oficina, siempre que siguiera unas estrictas medidas de seguridad, añaden los medios. El documento, que estaba en el interior de un sobre de color naranja, fue hallado hace unos días por un ciudadano que decidió entregarlo a la cadena BBC, que ayer reveló la historia. "El funcionario centro de esta investigación por la pérdida de unos documentos ha sido suspendido de sus funciones", indicó un portavoz del Gobierno.

La Administración laborista decidió abrir una investigación interna y la Policía Metropolitana de Londres también hace la suya, ya que debió iniciar una intensa búsqueda de los papeles cuando se dieron por perdidos el pasado martes. Los textos son altamente secretos, por lo que su extravío tiene consecuencias para la seguridad nacional, según la BBC. Los documentos incluyen una evaluación de la situación de seguridad en Irak, encargada por el Ministerio de Defensa, y otra del perfil actual de Al Qaeda, solicitado por el de Exteriores.

Los papeles están clasificados como "Uk Top Secret" y cada una de las siete páginas contiene la advertencia de que sólo pueden leerlas las autoridades de EEUU, Australia y Canadá, según la BBC. Al parecer, los documentos no contienen nombres de personas o lugares que pudieran ser utilizados por grupos terroristas. Este es el último fiasco del Gobierno por la pérdida de papeles sensibles, como fue el caso de un disquete que desapareció a finales de 2007 y que contenía nombres y números de cuentas bancarias de millones de personas que reciben el subsidio infantil. Ese disquete se perdió cuando fue enviado por correo desde una oficina del Gobierno a otra.