La Mandela asiática también tiende la mano a sus carceleros. Aung San Suu Kyi, la activista opositora birmana, subrayó en su primer discurso tras ser liberada el sábado que todos los birmanos deben trabajar juntos por la reunificación nacional.

En el pedregoso camino, dijo, no cabe el rencor hacia los que la tuvieron encerrada 15 de los últimos 21 años. "Es hora de resolver nuestras diferencias sobre una mesa, hay muchas cosas de las que tenemos que hablar", dijo de la Junta Militar que tiraniza el país desde 1962.