"Sí, les proporcionamos entrenamiento", respondió de modo tajante Maulvi Umar, el portavoz de Tehrik-i-Taliban Pakistan (Movimiento de los Talibanes de Pakistán) cuando este periodista le preguntó si formaban parte de su grupo los detenidos en Barcelona bajo la acusación de preparar un ataque terrorista. La organización de Umar, liderada por el emir Baitulá Mehsud, está acusada por los servicios secretos españoles y franceses de haber entrenado y enviado a la célula islamista desarticulada recientemente en la capital catalana.

En otro momento de la entrevista, la primera que concede a la prensa española, el entrevistador planteó:

--"¿Ordenó su organización a los detenidos atentar en el metro?"

--"No, no, nosotros no les ordenamos realizar estos ataques. Ellos tenían sus propios planes".

--"¿Fueron los arrestados enviados por su grupo?".

--"Sí, los enviamos nosotros. Y haremos lo mismo con los otros países de la Alianza en Afganistán".

A TRAVES DE INTERMEDIARIO En esa conversación con su portavoz, Maulvi Umar, a través de un teléfono satélite y negociada mediante un intermediario, la dirección del grupo islamista admite que los arrestados habían sido entrenados por Tehrik-i-Taliban Pakistan, aunque niega que se les hubiera ordenado realizar ataques suicida o atentar contra el metro en Barcelona. La célula desarticulada, según el portavoz islamista, "tenía su propios planes", en cuya elaboración no participó el grupo de Mehsud.

A decir de Maulvi Umar, los paquistanís detenidos a finales de enero en Barcelona no son más que la avanzadilla de otras células islamistas que están por venir y que atacarán a los restantes países que han desplegado tropas en Afganistán: "Tenemos talibanes que serán enviados a los países de la Alianza; no queremos precisar nombres", dijo.

El despliegue militar español en Afganistán origina la animadversión de Mehsud y sus hombres hacia España. "Es un hecho constatado que el Gobierno español no ha enviado a sus tropas a Afganistán para reconstruir el país o por razones humanitarias; no están para beneficiar al país ni para favorecer sus derechos, ni para hacer un servicio a la humanidad; solo quieren reprimir la libertad de los musulmanes; nos opondremos a ellos y les resistiremos", advierte.

La entrevista, de 13 minutos de duración, pudo ser grabada en un dispositivo USB y estuvo rodeada de enormes dificultades logísticas, ya que la plana mayor de Tehrik-i-Taliban Pakistan, grupo acusado de estar detrás del atentado que costó la vida a la exprimera ministra Benazir Bhutto, se encuentra en estos momentos en la clandestinidad.

Umar precisó durante la conversación telefónica que quiso viajar hasta el lugar donde se encuentra Mehsud y reunirse personalmente con él para mostrarle las preguntas que le había hecho llegar este periodista a través de los intermediarios paquistanís. Y es que Umer fue el encargado de negar públicamente a los medios de comunicación paquistanís, después del atentado que costó la vida a Bhutto en Rawalpindi, que Baitulá Mehsud había sido el cerebro del magnicidio, argumentando que su grupo no atacaba a mujeres.

Todo este conjunto de agravios hace que, a ojos de Tehrik-i- Taliban Pakistan, el concepto de guerra santa defensiva no abarque solo repeler las agresiones armadas contra sus partidarios o contra su territorio, sino que también se considera legítimo atentar en el extranjero. La razón, siempre según Umer, es pura supervivencia: "Cuando hay fuerzas que te destruyen, entonces tienes el derecho de hacer daño allá donde es posible, aunque sea en el extranjero".

Umar quiso hacer hincapié en que su grupo es autónomo respecto de Al Qaeda, en particular con sus números uno y dos, Bin Laden y Aymán al Zauahiri.