Fue en el mismo corazón de Kabul, y apenas unas horas después de que otro atentado sembrara la muerte en la ciudad. Hasta 35 personas perdieron la vida ayer, la mayoría de ellas agentes policiales, en un atentado suicida en pleno centro de la capital afgana. El de ayer fue el ataque más mortífero en el país centroasiático desde la caída del régimen talibán, hace ya más de cinco años.

Según un portavoz policial, entre las víctimas mortales se encontraban civiles y policías. Otras 52 personas resultaron heridas. "Nuestra investigación nos indica que se trata de un atentado suicida cometido por un hombre que se encontraba en el interior del autocar", aseguró el jefe de la policía de la provincia de Kabul, Esmatulá Daulatzai.

CUERPOS SOBRE EL SUELO "Cuando llegué al lugar, vi numerosos cuerpos que yacían sobre el suelo, algunos de ellos no tenían cabeza, otros no tenían piernas o brazos", explica Abás, un joven en estado de choque debido a los sucesos que pudo presenciar. "Era horrible, había restos humanos en todos los lugares, sobre los muros e incluso encima de los árboles", prosiguió. "Son los cobardes talibanes los que están detrás de esta acción; no son humanos, son bestias que matan a inocentes", gritó un hombre en cólera. "Fue una explosión enorme; cuando llegué, vi como los agentes de policía sacaban cuerpos del autobús", afirmó otro testigo.

MISION DE LA UE Numerosas personas que pasaban por el lugar en el momento de la explosión resultaron heridas. El atentado se produce el día del inicio oficial de la misión de formación y de entrenamiento de la policía afgana por parte de la Unión Europea.

Nada más producirse la explosión, un portavoz de la insurgencia talibán se apresuró a reivindicar la acción. Presentándose como el vocero de Jalaludín Haqani, considerado como el número dos de los talibanes, el insurgente hizo un breve relato de los hechos en una conversación telefónica con un periodista de la agencia France Presse: "un muyahidín, bajo las órdenes de Haqani, que formaba parte de la policía, accionó la carga que llevaba encima suyo dentro del autocar".

En la provincia occidental de Herat, concretamente en el distrito de Shindand, en la zona de responsabilidad española, un grupo de más de 100 talibanes atacó el puesto policial de la frontera con Irán. Ocho atacantes y cuatro policías resultaron muertos. Además, tres miembros de las tropas de la OTAN y un intérprete afgano perdieron la vida ayer al explotar una bomba en Kandahar.