La tensión reinante en Venezuela se centró ayer en el Parlamento, donde gritos de "¡cobardes!" iniciaron la discusión del proyecto de ley sobre responsabilidad social en radio y televisión, que la oposición hará "lo imposible" por tratar de impedir que se promulgue.

Tras los dos meses de paro y manifestaciones alentados por los medios de comunicación, el presidente, Hugo Chávez, abrió un expediente administrativo a cuatro cadenas de televisión, con el mismo argumento con que los diputados oficialistas defienden el citado proyecto de ley: "Regular los mensajes propagandísticos, sobre todo en horario infantil".

La policía, los grupos de chavistas y algunos manifestantes opositores rodearon la Asamblea Nacional donde se desarrolló la agitada sesión, presentada por su presidente, Francisco Armellach, como un "gran debate nacional saludable para todo el país". Los diputados oficialistas esgrimieron desde las "imágenes casi bélicas" hasta los "mensajes subliminales" utilizados por las televisiones privadas, y argumentaron que la ley "no contradice ningún tratado internacional".

CENSURA PREVIA

El bloque opositor calificó el proyecto del Gobierno como una "ley mordaza, de censura previa a los medios de comunicación". El diputado Alfonso Marquina, de Acción Democrática, afirmó que los 79 diputados opositores agotarán las dos discusiones en la Asamblea Nacional y que "de resultar aprobada esta barrabasada jurídica, acudirán no sólo ante el Tribunal Supremo, sino también ante las instancias internacionales para solicitar la nulidad de la ley".