El misterio sobre la catástrofe del Airbus está aún lejos de aclararse. Mientras el Ejército brasileño recuperaba ayer los primeros restos y Francia proseguía su carrera contra reloj para hallar las cajas negras, los expertos defendían tesis enfrentadas para explicar el siniestro del avión con 228 personas a bordo. La idea de una explosión es la que suscita mayor división.

El descubrimiento de que los restos están esparcidos en un área de 300 kilómetros favorece la hipótesis de la desintegración del aparato como consecuencia de una explosión. El diario Le Figaro cita fuentes de la investigación para sostener esta teoría, rechazada por algunos expertos y por el ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim. Según este, la aparición de una mancha de queroseno de 20 kilómetros de longitud "excluye" que se produjera una explosión, porque el fuego habría consumido el carburante.

Sin embargo, el testimonio de un piloto de la compañía española Air Comet deja margen a la duda. En su informe, el piloto afirma que vio un gran destello que inició una trayectoria descendente, desmembrándose en seis trozos.