Un terremoto de siete grados en la escala de Richter sacudió ayer la isla de Kyushu, en el suroeste de Japón, ocasionó numerosos destrozos, obligó a suspender temporalmente el tráfico aéreo y ferroviario, y obligó a las autoridades a alertar a la población sobre la posibilidad de un tsunami, que al final no se produjo. Lo que hubiera podido convertirse en una tragedia humana, se saldó con sólo un muerto y cerca de 400 heridos.

El seísmo desató el pánico entre los habitantes de Fukuoka y Nagasaki. País especialmente propenso a los terremotos, Japón se ha dotado de una estricta normativa, en lo que concierne a la construcción de edificios, que ayer demostró parte de su eficacia. Sin embargo, cada sacudida, por leve que sea, revive en los ciudadanos japoneses el miedo al megaterremoto que, según los expertos, puede golpear la zona en cualquier momento.

La víctima mortal del seísmo de ayer es una anciana de 75 años que estaba ingresada en un hospital de Fukuoka y fue aplastada por un muro. La mayor parte de los heridos ingresaron en los hospitales de Kyushu con cortes producidos por cristales y traumatismos que sufrieron al ser golpeados por los objetos que el temblor había desplazado. El terremoto fue seguido durante todo el día de 74 réplicas, muchas de ellas imperceptibles para la población de la isla.

FALSA ALARMA La alerta por un posible tsunami se mantuvo durante más de una hora después de ocurrido el terremoto, que tuvo lugar a media mañana, hora local. El epicentro del seísmo fue localizado a unos 10 metros de profundidad frente a las costas de Fukuoka, en el mar de Japón. La sacudida causó graves daños en varios edificios y carreteras, y obligó a desalojar a unas 500 personas de la pequeña isla de Genkai, en la bahía de Fukuoka, donde cerca de 50 inmuebles quedaron destruidos. Los aeropuertos de Fukuoka y Nagasaki fueron cerrados, mientras las autoridades llevaban a cabo una inspección, y la circulación de trenes de alta velocidad fue suspendida en toda la isla.

Según las autoridades japonesas, cerca de un millar de personas fueron evacuadas de sus hogares en Fukuoka e instaladas provisionalmente en un centro deportivo de la ciudad. "Estaría inquieta si me quedara en casa, así que he venido con todos los demás", dijo una de las vecinas evacuadas a un canal de la televisión local. "Estoy asustada, y tengo ganas de llorar", añadió.

El terremoto en Kyushu ha tenido lugar poco más de 10 años después del que asoló Kobe. El 17 de enero de 1995, un seísmo de 7,3 grados causó 6.500 muertos en esta ciudad japonesa y sus alrededores, así como cerca de 40.000 heridos. Más de 250.000 hogares quedaron destruidos.