Millares de familias de la ciudad de Mexicali han dormido dos noches al raso, en medio de más de 40 réplicas del terremoto de 7,2 de la escala de Richter que al atardecer del domingo (madrugada de ayer en España) sacudió el estado de Baja California, en el norte de México, y dejó dos muertos, 230 heridos y centenares de automovilistas varados en las calles. El seísmo causó también daños en Tijuana, la ciudad más poblada del estado, y se sintió con fuerza en las estadounidenses San Diego y Los Angeles.

Con el epicentro a 18 kilómetros, el seísmo sacudió la capital de Baja California, Mexicali. Allí murieron dos personas, una al desplomarse su vivienda y la otra aplastada por un muro. Varios edificios se hundieron y las explosiones de gas provocaron una docena de incendios.