Bagdad volvió a convertirse ayer en la ciudad del terror y las bombas. Tres suicidas cargados con explosivos se llevaron por delante la vida de al menos 42 personas y dejaron heridas a más de 230. El objetivo aparente de los terroristas fue las embajadas de Irán, Egipto y Alemania, esta última situada muy cerca de la representación diplomática española, que sufrió daños materiales. Entre las víctimas mortales, la mayoría guardias de seguridad de las embajadas, no hay ningún diplomático. El ministro de Exteriores de Irak, Hoshyar Zebari, dijo que los ataques, que se producen en plenas negociaciones para formar Gobierno tras las disputadas elecciones del pasado 7 de marzo, llevan la "marca" de Al Qaeda.

Las explosiones se registraron al mediodía y casi simultáneamente. Uno de los suicidas, que como los otros dos conducía un vehículo bomba, hizo estallar la carga explosiva frente a la puerta de la embajada iraní. Tras la explosión quedaron tendidos en el suelo al menos cinco cuerpos calcinados, mientras que más de una treintena de coches sufrieron destrozos.

SORTEAR CONTROLES El terrorista que atentó contra la embajada de Egipto logró sortear varios controles previos y empotró el vehículo que conducía en el muro que protege el edificio. "Vi al camión. Avanzaba lentamente. Tres guardias de seguridad abrieron fuego para detenerlo, pero continuó avanzando hasta que explotó", explicó un testigo. Cuatro empleados egipcios resultaron heridos.

La representación diplomática egipcia está en el barrio residencial de Al Mansur, cerca de la alemana, también afectada. El Gobierno de Berlín confirmó ayer que entre los fallecidos hay un guardia iraquí. La cancillera alemana, Angela Merkel, dijo sentirse "profundamente afectada" por lo ocurrido, mientras que su ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, tras condenar el ataque y expresar su "solidaridad con el pueblo iraquí", señaló que Alemania "continuará apoyando los esfuerzos por la paz y la democracia" en el país árabe.

Una portavoz del partido del veterano político iraquí pro-iraní Ahmed Chalabi, que participó en las elecciones legislativas del pasado marzo dentro de la chií Alianza Nacional Iraquí (ANI), coalición clave en las negociaciones para formar el futuro Gobierno, aseguró que el blanco de la explosión en la embajada alemana fue la sede central del partido de Chalabi.

Hubo un cuarto coche bomba que la policía logró evitar que explotara y cuyo blanco era, según las autoridades, el cuartel general de las fuerzas de seguridad encargadas de proteger las embajadas, en el barrio de Karrada, al este de Bagdad. Los agentes hirieron al suicida antes de que este accionase la carga. Según The New York Times , la policía identificó al terrorista como un joven de 17 años que conducía drogado un minibús con una tonelada de explosivos.

CREAR EL CAOS El grupo Al Qaeda en Mesopotamia "está intentando mostrar que la situación es mala. Es una campaña lanzada por los terroristas contra civiles inocentes para crear el caos, pero las fuerzas de seguridad controlan completamente la situación", manifestó al diario estadounidense el jefe de seguridad del Gobierno provincial de Bagdad, Abdeul Karem al-Thirib.

Los ataques suicidas contra las embajadas no fueron los únicos incidentes violentos ayer en Bagdad. La policía informó que dos "terroristas" murieron y otro resultó herido cuando el coche bomba en el que viajaban estalló antes de tiempo en el barrio de Sadiya, al sur de Bagdad. Por la mañana, dos morteros cayeron en el interior de la Zona Verde. Otros cuatro morteros cayeron la noche del sábado.