Islamistas radicales incubados en los barrios más pobres de Casablanca. El primer diagnóstico que se hizo tras la masacre se ha cumplido, y ayer el ministro marroquí de Justicia, Mohamed Buzuba, anunció que los 13 terroristas que perpetraron los atentados suicidas en Casablanca "están relacionados con el grupo marroquí Assirat Al Mustaqim (La Recta Vía)".

La detención de uno de los terroristas que intentó huir tras abandonar su maleta con explosivos ha permitido a las fuerzas de seguridad marroquís obtener valiosas informaciones y avanzar rápidamente en la investigación. El ministro afirmó que ocho de los 13 suicidas ya habían sido identificados y que algunos de ellos habían regresado recientemente del extranjero, sugiriendo que habían visitado Arabia Saudí.

Todos ellos son marroquís; jóvenes de entre 22 y 24 años que residían en Sidi Mumen, uno de los suburbios más míseros de Casablanca, donde los grupúsculos islamistas campan por sus fueros. En Sidi Mumen y en el suburbio de Tit Melil han sido detenidos en las últimas horas al menos 27 personas relacionadas con círculos islamistas.

VIVIENDA CON EXPLOSIVOS

El ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno marroquí, Nabil Benabdelá, aseguró que se estaban practicando detenciones por todo el país. Además, las confesiones del detenido han permitido localizar la vivienda en que los terroristas celebraron su última reunión antes del atentado. En esa casa, la policía encontró un artefacto ya preparado, material para preparar más y un manual de fabricación de bombas.

El grupo integrista La Recta Vía se hizo famoso el año pasado cuando 10 de sus miembros lapidaron en Casablanca a un marroquí sólo por ser alcohólico. El líder del grupo, Yusef Fikri, amenazó "con convertir Marruecos en un lago de sangre".

Desde el principio, las investigaciones se concentraron en los grupúsculos de la Salafia Yihadia (Salafismo Combatiente), una doctrina islámica extremista que rechaza la vía política por completo y sólo se apoya en la aplicación violenta de la ley islámica, que cuenta cada vez con más adeptos en Marruecos.

Fuentes cercanas a los servicios secretos revelaron que temían un atentado: "Se creía que iba a ser a pequeña escala, el asesinato de un turista o quizá un artefacto contra la embajada de EEUU, pero nadie se imaginaba que los radicales en Rabat podían tener la infraestructura para realizar un atentado de tales dimensiones."

El rey de Marruecos, Mohamed VI, visitó ayer durante breves instantes los lugares en los que se produjeron los atentados. La visita a la Casa de España, donde hubo el mayor número de víctimas, apenas duró cinco minutos, pero el gesto fue apreciado.

El monarca se interesó por los detalles de lo ocurrido y prometió su ayuda para que la Casa de España, fundada en 1958, sea reconstruida rápidamente "y vuelva a constituir un símbolo de la amistad y la fraternidad hispano- marroquí", explicó el embajador español, Fernando Arias-Salgado. La anunciada visita de la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, no se materializó, aunque es probable que se concrete en los próximos días. Arias-Salgado adujo que el retraso obedece a dar prioridad a "las investigaciones".

CAMIONERO FALLECIDO

Mientras se intensificaban las gestiones para repatriar lo antes posible los cadáveres de los españoles fallecidos en el atentado, se confirmó que una tercera persona de nacionalidad española estaba entre las víctimas mortales. Se trata de Domingo Mateo, un transportista de San Martín de Unx (Navarra) que trabajaba para una empresa de Pamplona y que estaba desaparecido. Sus amigos pudieron identificar ayer el cadáver gracias a una cicatriz.

Poco antes, en la parroquia de San Francisco de Asís, muy cercana a la Casa de España y que cuenta con un gran número de sus miembros entre la congregación, se celebró una misa funeral por los otros dos fallecidos españoles, Manuel Albiach y Francisco Abad. La ceremonia, a la que asistieron unas 200 personas, fue oficiada por el párroco Manuel Velázquez, quien subrayó lo "absurdo y horrible" de estas muertes. Y destacó el "carácter acogedor del pueblo marroquí".