En su declaración a la Guardia Civil, el testigo protegido, identificado como F- 1, explicó que tanto él como otros miembros de la célula recibieron entrenamiento terrorista en los campamentos de Baitulá Mehsud, en Pakistán. El testigo logró infiltrarse en un campo de entrenamiento, donde Mehsud le dio la misión de terrorista suicida. De Pakistán, recibió la orden de trasladarse a Francia y luego, a Barcelona.

El objetivo era que la célula cometiera tres atentados en el metro de Barcelona y que, tras cada ataque, Mehsud emitiera un comunicado exigiendo la retirada de tropas españolas de Afganistán. Otras células atacarían en Portugal, Alemania, Francia y el Reino Unido.