Para algunos sólo fue una costosísima operación de evacuación sin sentido, que desató innecesariamente el pánico en la ciudad una vez que se probó que la alerta terrorista era falsa. Para otros, cualquier precaución es poca tras la ola de atentados en Londres. Un día después de que 20.000 personas fueran evacuadas de un diámetro de dos kilómetros del centro de Birmingham, los vecinos de esta ciudad de un millón de habitantes, a la sombra de la metrópolis londinense, se mostraban divididos sobre la oportunidad de la alerta terrorista.

Broad Street es una calle de construcciones modernas y anodinas; se trata más bien de una sucesión de restaurantes y clubes con nombres llamativos, como el Risa o el Rockett club , que los sábados por la noche se llenan de público.

Las pérdidas

Cynthia Daska, que ejerce de vicedirectora en un local nocturno de Blindley place y en un restaurante llamado Cafe Rouge, en el otro extremo del centro, no puede contener su irritación. "Estuvimos casi todo el día en alerta; ya nos avisaron alrededor de las 6.30". Sus pérdidas han sido cuantiosas. "En Blindley Place se han perdido al menos 7.000 libras más de 10.000 euros; tendrían que ser mucho más prudentes a la hora de lanzar una alerta terrorista en la ciudad", subraya.

Cafe Rouge, pese a estar situado bajo el centro comercial Bullring, en el otro extremo del centro de Birmingham, también ha padecido los inconvenientes de la evacuación. "Está todo mucho más tranquilo, hoy ha venido menos gente al centro de la ciudad", explica.

Daska se lamenta de que hay poco personal de seguridad, y de que el departamento de seguridad del centro comercial le ha pedido que cada "10 o 15 minutos", salga a la terraza del restaurante para comprobar si hay algún paquete sospechoso. "¿Qué voy a hacer yo si encuentro una bomba? Cuando haya avisado a la policía, ya habrá explotado; lo que hay que hacer es incrementar el número de agentes", concluye.

Otro damnificado

Roberto Santolamazza es otro de los damnificados por la evacuación, aunque parece mostrar mayor comprensión hacia la precaución policial. Su restaurante italiano, llamado Del Vilaggio , en Broad Street, fue evacuado alrededor de las 8 de la tarde, cuando comenzaba a llenarse de gente. "Como dicen aquí en Inglaterra, es voluntad de Dios; nadie me compensará por ello, ni siquiera la compañía de seguros". Calcula que sus pérdidas son de 6.000 libras.

Ayer también fue un día flojo para el negocio y tuvo que pedir a tres de sus camareros que no fueran, ante la falta de clientes. A pesar de todo, se muestra comprensivo con la policía "después de lo que sucedió en Londres".

New Street, la principal arteria comercial del centro de Birmingham, ofrecía ayer un aspecto semidesierto, a pesar de que las tiendas abren en domingo y es temporada de rebajas. "Hoy habré perdido unas 1.000 libras", se lamenta Robert Lloyd, de una tienda de ropa masculina. "Estas alertas están costando a Birmingham un montón de dinero", sentencia. Hardeb Sing, un comprador, muestra su desacuerdo: "No se puede poner precio a las vidas humanas".