El palestino Mohamed al Ashi se encuentra en estado de conmoción, mientras varios policías y familiares transportan, entre gritos de "Alá es grande", a su hermano Faris, uno de los casi 300 muertos en la ola de bombardeos israelís en la franja de Gaza. "Pido a Alá paciencia y fortaleza. Que Alá bendiga el espíritu del mejor hombre de la familia", afirma Mohamed con llanto contenido, poco después de que Faris sucumbiera ayer a sus heridas en el abarrotado Hospital Shifa, de Gaza. Faris, de 33 años, trabajaba en la división de explosivos del movimiento islamista Hamás.

El jefe del servicio médico de emergencias en Gaza, Moawiya Hasanein, precisa que 120 heridos permanecen en estado crítico. "Todos los hospitales de la franja de Gaza están en estado de alerta y reciben cuerpos de gente afectada por los misiles. Los hospitales carecen de asistencia y equipamiento necesario", explica.

Panorama desolador

Las calles presentan un aspecto desolador, casi vacías de coches y peatones. Tiendas, escuelas y universidades están cerradas. El Gobierno de Hamás ha declarado tres días de luto por la mayor matanza israelí de palestinos desde la guerra de los Seis Días de 1967, que ha dejado un rastro de muerte y destrucción.

"La sangre y el olor a pólvora están por todas partes en Gaza", señala Mohamed Abú Hmeid, un policía de 36 años que se encarga de dirigir el tráfico cerca del Hospital Shifa. Abú Hmeid subraya lo "difícil" que es "perder a amigos y colegas con los que has vivido diferentes situaciones, desde combatir a Israel hasta trabajar a las órdenes del Gobierno legítimo de Hamás".

Otro palestino, Hasán Abú Tuha, tampoco ha visto nada igual. "Las palabras masacre y holocausto se quedan cortas para describir la situación", dice, mientras observa el trasiego de ambulancias.

Abú Tuha agrega: "Mientras te hablo tengo miedo de que un misil caiga aquí o cerca de mi casa o mate a alguno de mis seres queridos. Anoche no pude dormir porque los ataques no pararon. ¡Ojala Alá nos regale una jornada sangrienta contra los judíos y sus colaboracionistas árabes!".

Un punto de vista menos apasionado tiene el profesor de la Universidad de Gaza, Salem Abú Akar, quien subraya: "Desde el punto de vista militar, Hamás ha perdido la batalla desde el primer ataque, porque la mayoría de los muertos son policías".

Nuevos apoyos

Sin embargo, Akar opina que "pública y políticamente" Hamás está ganado, ya que cosecha más apoyos entre los palestinos y en el mundo árabe. Para Akar, Israel tiene mucho que perder, por lo que cree que acordará una nueva tregua con Hamás para evitar el lanzamiento de cohetes contra su territorio. Según él, los islamistas aprovecharán para reponer su arsenal, y vuelta a empezar.