El primer ministro británico, Tony Blair, manifestó hoy su alegría por el regreso de los quince militares detenidos en Irán, al tiempo que expresó su pesar por la muerte esta mañana de cuatro soldados del Reino Unido en Irak. En una declaración a la puerta de Downing Street, Blair señaló que es prematuro establecer las circunstancias de estas muertes, pero acusó a "elementos del régimen iraní" de apoyar y armar a "terroristas" que actúan contra las fuerzas británicas, que están, dijo, en Irak a petición del Gobierno iraquí y por mandato de la ONU.

Cuatro soldados británicos y un intérprete murieron esta mañana por la explosión de una bomba en Basora, sur de Irak. "Así como nos regocijamos por el retorno de nuestros quince marinos, hoy también estamos tristes y lamentamos la pérdida de nuestros soldados en Basora, que murieron a consecuencia de un acto terrorista", señaló Blair a las puertas de su residencia oficial. Durante los trece días que duró el cautiverio de los militares, dijo Blair, el Reino Unido se mostró abierto al diálogo bilateral y utilizó la presión del apoyo internacional de aliados europeos, estadounidenses, de la ONU y de países de la región para conseguir su liberación.

El jefe de Gobierno puntualizó que sería "ingenuo" pensar que sin esa última parte de la estrategia se hubiera podido concretar la puesta en libertad de los quince marinos. Blair agregó que la comunidad internacional tiene que mantenerse "absolutamente firme a la hora de hacer cumplir su voluntad", ya sea en relación con el programa nuclear de Teherán o "al apoyo al terrorismo de cualquier elemento del régimen iraní". Insistió en que no hubo negociaciones para lograr la liberación de los militares, ni se llegó a un acuerdo "de ninguna naturaleza" entre las partes.

Aprovechar los contactos con Irán

Pese a todo, Blair reconoció que se han abierto "nuevas e interesantes vías de comunicación" con el régimen iraní que sería "sensato" aprovechar. Tras su llegada a Heathrow, los quince marinos fueron llevados en dos helicópteros "Sea King" a la base militar de Chivenor, en el condado de Devon (suroeste de Inglaterra), donde esperan reunirse con sus familias. Los ocho marinos y siete infantes de Marina, entre ellos una mujer, serán sometidos a una revisión médica y a un interrogatorio por parte de la Marina y los servicios secretos.

Los quince llegaron hoy a la capital británica después de que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunciase el miércoles por sorpresa en una rueda de prensa en Teherán su puesta en libertad como "regalo al pueblo británico". Los militares fueron capturados por la fuerza naval iraní el pasado 23 de marzo en aguas del golfo Pérsico, incidente que originó un enfrentamiento diplomático entre el Reino Unido e Irán. La liberación fue recibida ayer con gran alivio en el Reino Unido, donde el primer ministro británico, Tony Blair, y las familias de los militares se congratularon por el fin de la crisis.

El Reino Unido insistió en todo momento que los marinos fueron capturados en aguas jurisdiccionales iraquíes en aguas del golfo Pérsico, pero Teherán afirmaba que estaban en aguas iraníes. De acuerdo con las autoridades de Londres, el grupo, de la tripulación de la fragata "Cornwall", había completado la inspección de un barco mercante cuando sus dos lanchas fueron rodeadas y escoltadas por buques iraníes hasta aguas territoriales de Irán. La citada fragata patrulla el golfo Pérsico para mantener la seguridad en las aguas territoriales iraquíes y proteger sus infraestructuras marítimas. La captura tuvo lugar el 23 de marzo en la zona del canal Shatt Al Arab, limítrofe entre Irak e Irán y cuyo control desató la guerra que ambos países mantuvieron entre 1980 y 1988.