Tony Blair ya no busca las armas de destrucción masiva en Irak. A falta de arsenales, el primer ministro británico quiere hallar ahora supuestos errores en los datos que le proporcionaron los servicios secretos. Con ese fin, Blair ordenó ayer la apertura de una investigación independiente sobre la calidad de los informes confidenciales que recibió antes de la invasión de Irak. Los resultados de la indagación deberán estar listos en julio.

Después de mucho resistirse, el inquilino de Downing Street tuvo que seguir el sendero marcado por George Bush, quien realizó un anuncio similar el lunes. "Creo que es conveniente que echemos un vistazo a los informes de los servicios secretos para comprobar si eran adecuados o no", declaró Blair ante el Comité de Enlace del Parlamento. Las palabras del primer ministro fueron calificadas de "giro espectacular" por el portavoz de los conservadores en Asuntos Exteriores, Michael Ancram.

Sin disimular su irritación por el duro interrogatorio al que fue sometido, Blair subrayó que ésta será la cuarta investigación sobre la labor de los servicios secretos británicos desde el inicio del conflicto. "Hemos tenido la del Comité de Exteriores, la del Comité de Inteligencia y Seguridad, la de lord Hutton y ahora una nueva investigación sobre los servicios secretos", explicó. Los que creen que la guerra no ha estado justificada, recalcó, nunca se sentirán satisfechos.

Blair también precisó que no se revisarán las decisiones políticas que le llevaron a la guerra ni las conclusiones de lord Hutton, quien la pasada semana decidió que el Gobierno no había exagerado los datos de los servicios secretos. La nueva investigación evaluará los datos sobre programas de armas de destrucción masiva y su comercio. También establecerá la exactitud del contenido de la información de los servicios secretos. En cambio, no analizará ni las decisiones ni el comportamiento del Gobierno.

LA OPINION PUBLICA Ante esa restricción, la oposición liberal decidió no participar en lo que, sospechan, es un montaje para culpar a los profesionales del espionaje. "Tras la reacción ante el informe Hutton , una investigación que excluye el examen de los políticos difícilmente puede contar con la confianza de la opinión pública", afirmó Menzies Campbell, portavoz de Exteriores de los liberaldemócratas.

La comisión, que interrogará a los testigos oralmente y a puerta cerrada, colaborará con el Gobierno de Estados Unidos y con el Grupo de Investigación de Irak. En julio entregará las conclusiones al primer ministro, pero la versión que se hará pública estará censurada y no contendrá ningún material considerado como confidencial. El comité seguirá el modelo de la llamada investigación Franks que, tras la guerra de las Malvinas, analizó por qué los servicios secretos del Reino Unido no detectaron que Argentina iba a invadir el archipiélago el 2 de abril de 1982.