El Tribunal Penal Internacional (TPI) anunció ayer la apertura de una investigación que, por primera vez, persigue los delitos sexuales y los considera crímenes de guerra. El informe, presentado ayer por el fiscal general del tribunal, Luis Moreno Ocampo, recoge los delitos presuntamente cometidos en la República Centroafricana entre el 2002 y el 2003, un periodo en el que hubo un intento de golpe de Estado. Según Human Rights Watch (HRW), esta decisión del TPI ayudará a "poner fin a décadas de impunidad" de un delito considerado consustancial con la guerra.

La oficina del fiscal dispone de testimonios de centenares de víctimas de violaciones cometidas "con especial crueldad", en los que se describen las vejaciones sufridas en público, actos de violencia cometidos por varios agresores a la vez y violaciones en presencia de familiares.

Entre las víctimas figuran mujeres de todas las edades --incluso ancianas y niñas-- y hombres. El impacto social de estas agresiones "ha sido devastador", ya que muchas de estas personas, según Ocampo, fueron rechazadas por sus familias y por sus comunidades, y un número no precisado de ellas han sido infectadas con el virus del sida.