Al menos 29 personas murieron y 75 resultaron heridas en varios sucesos ocurridos hoy en una nueva jornada de violencia en Irak, informaron fuentes policiales iraquíes. Los ataques más mortíferos se produjeron en Beiyi, 180 kilómetros al norte de Bagdad, donde 18 personas murieron y 35 resultaron heridas por la explosión de dos coches bomba.

Según las fuentes, la primera explosión tuvo como objetivo al jefe de policía de Beiyi, Saad al Nafus, quien salió ileso del atentado, mientras que la segunda se produjo cerca de la casa de Hamad al Yaburi, líder del llamado "Consejo de Salvación" de la provincia de Salahedin, creado para combatir a Al Qaeda. El ataque destruyó la casa de Yaburi, aunque se ignora si éste se encuentra entre las víctimas.

En Bagdad, los estallidos de otros dos coches bomba se cobraron las vidas de seis personas y causaron heridas a otras 22 en el centro y el noreste de Bagdad, informaron fuentes policiales. En el primer suceso, en la céntrica plaza de Jilani, cinco personas murieron y 17 sufrieron heridas de distinta consideración cuando un coche estacionado en un arcén hizo explosión en plena hora punta. Mientras, un segundo coche bomba estalló en el barrio de Shaab y mató a una persona e hirió a otras cinco.

También en la capital, dos mujeres murieron por los disparos de agentes de seguridad de una empresa extranjera que aún no ha sido identificada, aseguraron fuentes de seguridad. Las fuentes explicaron que los agentes dispararon desde un vehículo todoterreno en marcha al turismo particular en el que viajaban las mujeres en el céntrico barrio de al Karrada.

Dos personas más murieron, entre ellas un clérigo chií, y 17 resultaron heridas en otros sucesos en la capital. Ibrahim Abdelkarim, director del fondo patrimonial chií en la barriada popular de Ciudad Sadr, feudo del clérigo radical Muqtada al Sadr, perdió la vida en una emboscada que le tendió un grupo de hombres desconocidos en su barrio, informaron fuentes policiales.

En otro incidente, el subdirector de la Policía de la provincia de Nínive, Abdel Ali Zanun, murió a manos de un grupo de hombres armados cuando se dirigía a su oficina en Mosul, la capital de esta provincia septentrional, informaron fuentes policiales. El portavoz policial, Abdelkarim Yaburi, dijo que los desconocidos ametrallaron el coche del oficial de policía en el vecindario de Hadba, en el norte de la ciudad, y después huyeron. El general Zanun murió en el acto, mientras que su chófer resultó herido grave en el atentado.