Los principales partidos de Alemania aprobaron ayer establecer, de forma unánime, una gran coalición con la que pondrán en marcha un doloroso programa de reformas en el país, que incluye recortes sociales y una subida de los impuestos, medidas que perjudican especialmente a los sectores de bajos ingresos.

El acuerdo entre el Partido Socialdemócrata (SPD), la Unión Cristianodemócrata de Alemania (CDU) y la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) permite la elección de la cristianodemócrata Angela Merkel, la primera mujer que asumirá la jefatura del Gobierno en la historia de Alemania y que será elegida el próximo martes como cancillera de la gran coalición.

"VALOR Y HUMANIDAD" Las bases de las tres fuerzas dieron luz verde a la gran coalición y al programa común, bajo el lema de "Juntos por Alemania, valor y humanidad", cuyo contenido deja claro que llegó el momento de pagar la deuda pública.

La cuenta es elevadísima, ya que Alemania, desde hace más de 40 años, se ha endeudado más allá de sus posibilidades, primero para financiar un cómodo Estado del bienestar y, después, para consolidar la aún inconclusa reunificación del país.

En estas condiciones, el programa del nuevo Ejecutivo no despierta el menor entusiasmo, como se pudo apreciar ayer en los congresos de los socialdemócratas y los cristianodemócratas, pero en ninguna de esas reuniones nadie negó la necesidad de que hay que abrocharse el cinturón. Todos coincidieron en que hay que hacer de la gran coalición una oportunidad y, como dijo el todavía canciller, el socialdemócrata Gerhard Schröder, tras el resultado de los últimos comicios, esta alianza era "la única política para garantizar un Gobierno sólido y estable en Alemania".

"EL GARANTE DE LO SOCIAL" Schröder aprovechó también el congreso de su partido, celebrado en Karlsruhe, para despedirse de la base socialdemócrata y para destacar que, en la gran coalición, su partido es un "garante de lo social", ya que, a su juicio, para los alemanes, el SPD representa "la justicia social combinada con el progreso económico". El hasta hoy presidente del SPD, Franz Müntefering, alabó la figura y la labor de Schröder.

Por su parte, los socialcristianos bávaros de la CSU, en su congreso de Múnich, dieron su aprobación a la nueva coalición de gobierno "por unanimidad". La presidenta de la CDU y futura cancillera, Angela Merkel, aseguró ser "plenamente consciente de que gobernar con el SPD no será fácil".