Un portavoz taliban avisó hoy de que tres de los 21 rehenes surcoreanos se encuentran gravemente enfermos y podrían morir, además de amenazar nuevamente con asesinar a los cautivos si el Gobierno afgano lanza una operación militar de rescate.

"Si el gobierno lanza una intervención militar, querrá decir que no quieren resolver esta crisis pacíficamente y mataremos a los rehenes", dijo a Efe un portavoz de la milicia, Mohammed Yousif Ahmadi, añadiendo que los talibanes no tienen medicinas para curar a los enfermos.

El portavoz talibán respondía de este modo a la posibilidad de que el Ejército lanzase una operación de rescate, aunque el miembro del equipo mediador, Khowaja Ahmad Sedeqi, negó a Efe que hubiese comenzado un ataque y aseguró que había sido malinterpretado.

A mediodía de hoy (07.30 GMT) venció el plazo dado por los talibanes para ejecutar a los rehenes, unas horas después de que la policía hallara el cadáver de Shin Sung-min, de 29 años, cuyo asesinato había sido anunciado por los talibanes.

"Todavía no hemos fijado un nuevo plazo y en cualquier momento hay posibilidades de que algo ocurra, y la responsabilidad será de los Gobiernos afgano y coreano", dijo hoy Ahmadi.

Ahmadi afirmó que la delegación de Corea del Sur presente en el país no podrá reunirse con los rehenes, pero añadió que las puertas de las negociaciones están "abiertas" para ellos.

Shing Sung-min fue el segundo rehén asesinado por los secuestradores tras la ejecución a tiros, hace siete días, del pastor evengélico Bae Hyung-kyu, de 42 años.

Los talibanes piden canjear los rehenes por varios presos insurgentes encarcelados, para lo cual proporcionaron al equipo mediador una "lista completa".

Sin embargo, el Gobierno afgano ha insistido a través del Ministerio del Interior en que, aunque está haciendo "todo lo posible" para obtener la liberación de los surcoreanos, respetará los límites "de las leyes y la Constitución".

Los 23 surcoreanos fueron capturados el día 19 de julio en la provincia oriental afgana de Ghazni, en el mayor secuestro de un grupo extranjero en Afganistán desde la caída del régimen talibán.