La noticia se conoció nada más despuntar el día, cuando los soldados de la Décima División de Montaña del Ejército de EEUU, que forman el núcleo de la base militar estadounidense de Naray, en la provincia de Kunar (noreste de Afganistán), se disponían a desayunar su habitual ración de huevos, beicon y salchichas, acompañada de cookies , café y bebidas revitalizantes de sobre. La televisión del Ejército había conectado con la CNN, que informaba de la dimisión del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, el hombre que envió a este mismo Ejército a luchar a Afganistán y a Irak.

ACABAR EL TRABAJO "Tenía que haberse quedado y no marcharse", se lamentó el sargento Wright. "El nos envió a Irak y, una vez que haces algo así, tienes que quedarte hasta que hayas acabado", apostilló.

Wright fue cauto a la hora de juzgar a un dirigente político, algo que no le está permitido por ser militar. "No quiero decir cosas buenas o malas del secretario o del presidente; su trabajo es muy duro", insistió.

Eso sí, el sargento pidió a los dirigentes de EEUU que les den mayor margen de maniobra cuando decidan lanzar una operación en el extranjero. "Los políticos nos piden que vengamos aquí y que pongamos nuestras vidas en peligro; haríamos un trabajo más efectivo si pudiéramos ser más agresivos y no tener un protocolo de reglas de enfrentamiento tan limitado; el enemigo usa tácticas de guerrilla, es una guerra sucia", dijo.

PRUDENCIA El soldado Steward no quiso ser tan tajante como Wright. "La política es algo que está lejos de mi alcance; los políticos actúan con datos e informaciones de los que yo carezco", resume con prudencia.

Pese a que la principal razón de la salida de Rumsfeld hayan sido los errores cometidos en Irak, Steward se alineó con los neoconservadores en cuanto a la necesidad de invadir el país árabe, y se mostró convencido de que EEUU solo busca exportar estabilidad y democracia. "Irak es como Afganistán; fíjese como vive la gente aquí; hay que darles una oportunidad y que puedan tener una vida decente y no vivir bajo el terror".

El cabo Leal, de las Fuerzas Aéreas, se enteró por la tarde de la renuncia del secretario de Defensa. "No me digas que se ha ido Rumsfeld; joder, si tenía muchos cojo.....!". La falta de escrúpulos de Rumsfeld no molestaba a Leal: "Para este trabajo no tienes que tener escrúpulos, pues si los tienes haces que operaciones como la de Afganistán se alarguen eternamente".

Para el teniente Lang, la dimisión fue una gran noticia. "No me gustaba", sentenció. La invasión de Irak fue un "error de cálculo" por el que el Ejército paga un alto precio. Lang recordó que en la vida, antes de emprender algo, hay que hacer un "inventario de riesgos". Como, según insiste, se hace en el Ejército.