La nueva versión del controvertido veto de Donald Trump a la entrada a Estados Unidos de refugiados e inmigrantes de países de mayoría musulmana está lista. Según documentos de la Casa Blanca a los que han tenido acceso varios medios estadounidenses, la nueva orden, revisada después de que los tribunales paralizaran la original, mantiene la filosofía de la primera pero incluye cambios. Entre los más destacados está que los ciudadanos de Irak quedan excluidos del veto para obtener visados que al menos durante 90 días sigue afectando a los ciudadanos de Irán, Siria, Libia, Yemen, Somalia y Sudán. Y aunque se mantiene la suspensión de 120 días a todo el programa de refugiados que estipuló la orden del 27 de enero, en la nueva se ha eliminado la suspensión indefinida de ese programa para los sirios que recogía la original.

El veto original de Trump, cuya acelerada preparación motivó caos y problemas en su aplicación, provocó airadas protestas, denuncia internacional y más de dos docenas de demandas en los tribunales. Un juez federal de Seatlle paralizó su aplicación el 3 de febrero, una decisión que más tarde ratificó un tribunal federal de apelaciones. Desde entonces la Casa Blanca ha estado trabajando en consultas con el Departamento de Justicia, el de Estado y el de Seguridad Nacional para preparar una orden revisada y mejor preparada para soportar los retos legales, un proceso que se ha alargado mucho más de lo previsto. Trump anunció por primera vez una nueva orden para la semana que arrancaba el 13 de febrero.

La nueva orden aclara también parte de los problemas de la inicial, que no dejó claro si el veto afectaba también a los ciudadanos de los países señalados que tuvieran residencia legal en EEUU (la 'green card') o a quienes tenían un visado en regla, lo que afectó a 60.000 de esas personas con documentación legal según datos del propio gobierno. La nueva redacción aclara que las restrucciones solo se aplican a futuros solicitantes y no a quienes ya tienen la 'green card' o visado.

En los documentos obtenidos por medios como la web especializada Just Security no hay mención específica de la protección a minorías religiosas, algo que sí aparecía en la orden original y que contribuyó a identificar el veto de Trump como uno específicamente dirigido a musulmanes.

LA EXCEPCIÓN DE IRAK

Según los documentos obtenidos por esa web, la Administración da varios argumentos para sacar a Irak de la lista de países vetados. “La cercana relación cooperativa de EEUU y el gobierno democráticamente elegido en Irak, la fuerte presencia diplomática de EEUU en Irak, la significativa presencia de tropas en Irak y el compromiso de Irak de combatir al Estado Islámico justifican tratamiento diferenciado”, dice uno de los memorandos.

El documento también habla de “negociaciones” que han tenido lugar en el último mes entre los dos países por las que el gobierno iraquí intensificará la cooperación para realizar el escrutinio de los aplicantes de visado y se explica que los ciudadanos iraquís “serán sometidos a escrutinio adicional para determinar si tienen conexiones con el EI u otras organizaciones terroristas”.

“TRANSPARENCIA”

Argumentando que busca “ser más transparente con el pueblo estadounidense e implementar más efectivamente políticas y prácticas que sirven al interés nacional”, la Administración también ha incluido en la nueva orden un elemento que no estará exento de polémica. Cada seis meses el Departamento de Seguridad Nacional hará pública información sobre el número de extranjeros acusados y condenados por “ofensas relacionadas con el terrorismo” en EEUU, así como de los deportados por actividades relacionadas con el terrorismo o por apoyar a grupos terroristas. También se facilitarán datos sobre casos de violencia de género cometidos por extranjeros en EEUU, con mención específica a los llamados “asesinatos de honor”.