La Casa Blanca mantuvo ayer silencio sobre el rudo golpe que supone para los ambiciosos planes bélicos de Estados Unidos la negativa parlamentaria turca a permitir que su territorio sea empleado como base para la invasión por el norte de Irak. Aunque éste no fue el único retroceso que sufrieron las urgencias del presidente Bush.

El comienzo de la destrucción de los misiles Al Samud 2 por el régimen de Sadam Husein, en cumplimiento de las órdenes de la ONU, dificultará todavía más a Washington y a sus aliados el logro de una segunda resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que autorice la guerra. Pero estos obstáculos no hicieron cambiar de planes a Bush, sino que aceleraron la búsqueda de otras alternativas.

Los medios de comunicación estadounidenses y británicos desvelaron ayer diversas posibilidades para establecer el frente norte, a la espera de saber si el Parlamento turco realizará una nueva votación. La mayoría de analistas ven muy difícil que Estados Unidos pueda abrir un frente norte contra Irak sin ayuda de Turquía.

VIA AEREA

Algunos barcos estadounidenses habían empezado ya a descargar equipo pesado en los puertos turcos y una docena más aguardaban permiso para hacer lo mismo. A falta de Turquía, el Pentágono tendrá que transportar por vía aérea hasta el norte iraquí a sus tropas y al necesario equipo pesado desde el golfo Pérsico y el sur de Irak, algo que requerirá varios días y un "entorno permisivo", comentó ayer a la cadena televisiva CNN una fuente de este Departamento.

Para el británico The Sunday Telegraph , EEUU y el Reino Unido lanzarán el ataque militar contra Irak tras el voto del Consejo de Seguridad de la ONU, sea cual fuere el resultado de la votación. El ataque se producirá muy pronto. "Se trata de algo inmediato. Dentro de dos o tres semanas, no más tarde", afirmaba un ministro de Tony Blair, consultado por el periódico, que prefirió guardar el anonimato.