Los cuatro turistas catalanes detenidos hace nueve días en Oaxaca esperaban ayer, encerrados en las dependencias del Instituto Nacional de Migración (INM) de la ciudad de México, la decisión judicial sobre el recurso de amparo que interpuso la senadora Rosario Ibarra para que no sean expulsados del país. Aunque ellos decían que, tras pasar "mucho miedo", querían poder regresar libres a España, en medios judiciales y diplomáticos se temía su deportación.

Laia Serna, abogada de 30 años; Núria Morelló y Ariadna Nieto, historiadoras de 26 años; y Ramon Sesén, profesor de 31 años, simpatizantes del movimiento zapatista y de otras causas populares, sufrieron una suerte de advertencia gubernamental a la mexicana. "Hemos vivido el portal del horror de los torturados", afirman.

TESTIMONIOS El domingo día 5, paseaban por la ciudad de Oaxaca cuando se vieron rodeados por policías que los subieron a una camioneta y contestaron al por qué con golpes e insultos. "Al bajarnos, nos encapucharon y nos llevaron a rastras a una pared, nos arrodillaron y nos despojaron de nuestras mochilas, riñoneras, documentación y dinero", aseguran. "Recibimos golpes, humillaciones, insultos y amenazas", afirman. A ellas les levantaron las camisetas. Una quedó con los senos al aire y a otra le tocaron "el culo, el pubis y el seno derecho"; un agente le decía que "si cooperaba todo iba a ir bien". Ya en "otro lugar que parecía una comisaría", "dos señores de civil con una libreta" les hicieron "muchas preguntas". Después, una juez les comunicó que, como indocumentados, los mandaba a estancias del INM. Estuvieron en las dependencias de Oaxaca y el martes los llevaron a Iztapalapa, en la capital de México. Listos para ser deportados. Las autoridades de Oaxaca, por su parte, explicaron que la policía se topó con gente que la insultó, registró a los turistas, "que no portaban documentación ni pertenencias", y los envió al juez por "faltas a la autoridad y escándalo".