Los turcos dieron ayer un mayoritario a la reforma constitucional promovida por el Gobierno islamista moderado del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). "Esta noche ha perdido la mentalidad golpista", dijo el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, tras conocerse los resultados de referendo: 58% para el y 42% para el no. "El 12 de septiembre pasará a la historia de la democracia en Turquía. Con este voto se abre una página brillante sobre un proceso manchado por el golpismo. El régimen de tutela militar se tendrá que enfrentar a la historia". Las palabras de Erdogan no eran meros adornos retóricos. A partir de hoy, gracias a la aprobación de la reforma, dejará de estar en vigor la disposición que impide el juicio a los militares que el 12 de septiembre de 1980 tomaron el Gobierno por las armas para, dos años después, redactar la restrictiva Constitución aún vigente.

Entre las enmiendas aprobadas están varios puntos polémicos, como la reforma de la justicia que dará más poder a un Parlamento controlado por el AKP a la hora de elegir a los miembros de los órganos judiciales.

Tal y como manifestó a la CNN-Türk el exmagistrado del Tribunal de Estrasburgo Riza Türmen, "no se ha explicado bien al pueblo el contenido del referendo" y no está claro si los turcos votaron verdaderamente las enmiendas o lo hicieron según su afiliación partidista.

MAPA DEL RESULTADO De hecho, el mapa de los resultados se correspondió casi exactamente a los sufragios de las generales. Votaron no la costa del Egeo y la Tracia, fieles al Partido Republicano del Pueblo (laico), el sur ultranacionalista y un par de provincias orientales de tradición izquierdista. Apoyaron el los votantes del AKP y los kurdos.

Había gran expectación por los resultados en el sureste de Turquía, donde se concentra la mayoría kurda, ya que tanto los nacionalistas kurdos del Partido de la Paz y la Democracia (BDP) como el grupo armado PKK habían llamado al boicot, debido a que el Gobierno de Erdogan se negó a incluir sus propuestas en la reforma, como la reducción de la barrera electoral --actualmente en el 10%-- y la protección de sus derechos culturales.

MILES DE POLICIAS El Gobierno desplegó miles de policías en las ciudades del sureste para garantizar la seguridad y más de un centenar de personas fueron detenidas por amenazar a votantes. Los medios kurdos denunciaron que las fuerzas de seguridad trataron de intimidar a la población para que fuese a votar.

Hay que tener en cuenta que la sociedad kurda es muy rural y, allá donde todos se conocen y todo se sabe, resulta muy difícil rebelarse a las llamadas al boicot de los rebeldes kurdos y a las presiones de los gendarmes locales. A falta de saber las cifras oficiales, la agencia prokurda Firat cifró en torno al 40% la participación en las zonas kurdas. La gran mayoría voto sí.